Capítulo XXVI: Instagram(17) / Postre de fresa.

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Ayer.

Hablamos más tarde.
✔✔

Hoy.

Óyeme.
¿Qué es esa foto que acabas de subir a tu historia?

¿Cuál? ¿La del nuevo jardín de la cafetería?

No, la otra.

Aaah, ¿Hablas de la que subí con Rin?

Esa mera.

¿Verdad que quedó bonita?

Sí, pero ese no es el punto.
¿La foto es en tiempo real?
¿Por qué estás con Rin en la cafetería?

Porque él llegó, y yo lo estoy atendiendo.

¿Atendiendo? ¿Que la cafetería no cierra a las 8:30pm?
Ya son las 9:00pm.

Buenooo, lo invité a tomar algo. Me encontré con él de camino al minimarket y aproveché 🤷‍♀️.
Tiene ciertas actitudes parecidas a ti, ¡Es muy lindo!

No me gusta que estés con Rin.

Y a mí no me gusta que viajes tanto😞
Pero es lo que toca.

No es lo mismo.

Es parecido.

Te detesto.

No es cierto, me quieres.

Es cierto, lo hago.

🫶

Cuéntame de qué estás hablando con Rin.

Nah. No quiero.

Eres muy molesta.

Y tú muy celoso.

No estoy celoso.

Entonces me iré para hablar con Rin a gusto.
✔✔

Era broma JAJAJA😭
No me hagas caso.

No me gustan tus bromas.

Es que eres muy serio, Sae.

Y tú eres demasiado entusiasta para tu propio bien.

Eso mismo me ha dicho mi mami un montón de veces jajsjs.
✔✔

¿Hola? ¿Sigues ahí?
¿Sae?

Espera, voy a llamarte.

¿Qué?

╞═════𖠁☕︎︎𖠁═════╡

—Oh... —miraste la pantalla de tu teléfono, era una videollamada por parte de Sae.

Compartiste una mirada con tu acompañante y suspiraste.

—Debería contestar..

—No. —él agarró tu teléfono y lo puso fuera de tu alcance— Me invitaste a tomar algo, ¿Recuerdas? Concéntrate en mí.

—No tardaré-...

—Nii-san puede esperar. —masculló el de cabellera azabache— ¿Qué era lo que querías que probara?

—¡Ah, claro! El postre de fresa. —caminaste hacia atrás de la vitrina y sacaste un postre de la pequeña nevera en la habitación.

Organizaste el postre en un plato pequeño junto con una cuchara y un poco de té verde en un tsutsu (vaso tradicional de té japonés)de similar diseño que el plato. Tras tenerlo todo listo, volviste a la mesa en la que se encontraba Rin con una bandeja, y dejaste todo sobre la mesa.

—Provecho. —sonreíste mientras tomabas asiento frente a él.

Rin te observó brevemente antes de agarrar la cuchara y darle una probada al postre. Fue casi imperceptible, pero gracias a tu cercanía notaste que sus ojos verdes adquirieron un suave.

—¡Está delicioso, ¿Verdad?! ¡Mi mamá es la mejor haciendo postres! —exclamaste con júbilo, cruzando tus brazos sobre tu pecho con orgullo mientras sonreías.

Rin se limitó a asentir con la cabeza, mientras metía otra cucharada del postre de fresa a su boca y lo engullía.

—Son iguales... —murmuraste, más para ti que para él.

Aún así, Rin logró escuchar tu murmullo y frunció él ceño; posteriormente, levantó la cabeza y te miró.

—¿Qué has dicho?

—Son iguales... Tú y Sae. —repetiste con vos cándida.

—... No lo somos. —Rin aseveró con voz profunda. Lo miraste con algo de asombro, puesto que el repentino cambio en su tono de voz te dejó perpleja- Yo... No soy como nii-san.

—Byeno, es que no me refiero a eso.  —negaste con la cabeza y las manos, sonriendo con nervios— Quiero decir, tienen gustos similares y comparten algunos hábitos, como fruncir el ceño cuando algo no les gusta o que sus ojos brillen cuando algo les gusta.. Y parece que ambos tienen problemas para comunicarse con los demás por esa actitud de iceberg que tienen.

Rin ladeó la cabeza, bastante desconcertado por tus palabras. Por algún motivo, se quedó observándote fijamente por un buen rato, en silencio.

—¿Sabes? La última vez que dejé de enviarle mensajes a Sae, se molestó tanto que incluso vino a interrumpir mi turno en la cafetería. —te reíste, apoyándote contra la mesa— Él es muy testarudo y, a veces, también es bastante cruel y un poco molesto... Pero está bien, porque es posible hablarle si le ofreces un pastel de fresa.

—¿Un pastel-..? —Rin no podía con la incredulidad.

—Bueno, eso hice yo. Recuerdo que cuando probó el pastel, por un momento, sus ojos brillaron muy bonito... Como acaba de suceder contigo. —le sonreíste a labios cerrados e hiciste un ademán de que continuara con el postre— Mmm... ¿Tal vez por eso me enamoré de él?

El chico continuó engullendo el dulce, escuchándote parlotear atentamente. Antes de continuar hablando, miraste de refilón a Rin. A tu parecer, era un chico bastante normal; aunque parecía irritarle estar con otras personas y tenía una relación inestable con Sae pero, por alguna razón, también parecía encantado cuando le hablabas de él.

—Rin.. —llamaste su nombre, haciendo que te observara. Miraste tus manos sobre la mesa y después miraste fijamente sus ojos— Pelear con un hermano... Es muy triste, ¿No es así?

Rin detuvo toda acción y clavó la vista en tu figura. Permaneció callado mientras parecía asimilar tus palabras y luego, de repente, se levantó de la silla y te echó una mirada glacial.

—Rin-...

—_______-san. —te quedaste muy quieta cuando dijo tu nombre— ... Nunca quise pelear con nii-san, fue él quien lo inició todo.

—.. ¿Es así? —murmuraste pensativa. Después, no pudiste evitar reír— Bueno, tiene sentido.. Sae es bastante idiota.

—Es cierto. —Rin se rió contigo, caminando hacia la salida de la cafetería— Gracias por el postre, adiós.

Te levantaste del asiento y lo seguiste hasta la puerta, y mientras lo veías irse por las calles parcialmente solitarias, solo pudiste estrechar tus ojos e inhalar.

—¡Rin! —levantaste tus manos en el aire cuando el aludido giró a verte y sonreíste, sacudiendo tus manos— ¡Está bien! ¡Sae.. Es un idiota!

—Sí... ¡Lo es! —él también se despidió, levantando su mano en el aire por un par de minutos antes de continuar con su camino.

Suspiraste mientras entrabas de vuelta en la cafetería, barriste el lugar vacío con la mirada hasta que captaste la mesa en la que anteriormente estaba Rin.

—Ah... —rascaste tu nuca, acercándote a la mesa— No terminó de comer el postre.

❥ ¡Oye, Prodigio! | Sae Itoshi × Lectora.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora