La respuesta que Paulo decidió dar no fue afirmativa, pero tampoco negativa. Él quería darle una oportunidad a Leandro, pero no podía simplemente lanzarse a los brazos contrarios y prometer un felices por siempre a la primera que Leandro se declaraba. Leandro lo aceptó y después de comer el helado y jugar un rato a la play, el bostero se retiró a su casa.
Después de esa noche, las cosas entre ellos continuaron igual que siempre, se veían en los entrenamientos, aveces salían a cenar y también tenían bastante sexo. Paulo estaba reacio a aceptar que pongan un título a lo que tenían, pero no se negaba a tener sexo con Leandro. Es más, desde esa primera noche en Argentina no volvió a acostarse con nadie más que con él y le pidió lo mismo a Leandro.
Todo marchaba absolutamente de maravillas en la vida de Paulo.
Hasta que vió esa foto.
—¿Que verga es ésto, Leandro? —Paulo entró a la cocina de su casa. Leandro estaba ahí picando unas verduras para hacer la comida.
—¿Qué cosa, amor?
—Esto —Paulo dió vuelta el celular y le enseñó la pantalla al más alto. Era una foto de Leandro en una fiesta con una mina, en una situación que el solo hecho de imaginar que pudo pasar después le revolvió el estómago al cordobés.
—Es una foto vieja —contestó Leandro con tranquilidad.
—Ahí dice que es de hace una semana.
—¿Y vos vas a creer lo que dice la prensa o alguien que esta al pedo y quiere arruinar mi imagen? —Leandro dejó el cuchillo sobre la tabla de picar y se limpió las manos con un repasador —. Me extraña, Paulo. Sabés la cantidad de rumores que inventan. Vos mismo fuiste víctima de este tipo de cosa, mejor que nadie tenés que saber como son.
Leandro tenía un punto. A lo largo de los años, y a medida que su fama incrementaba, el foco de la prensa empezó a estar sobre él, inventaron tantas cosas sobre su vida privada. Pero lo que muchos ignoraban, era que algunas cosas no fueron del todo mentiras, solo que Paulo nunca se tomó el tiempo de negarlas ni confirmarlas.
—La foto es de hace meses, Pau. Fue en París—Leandro acortó la distancia entre ellos y acarició la mejilla del cordobés. Le quitó el celular de las manos y lo dejo apoyado sobre la mesada —. Dale precioso, no te enojes.
Paulo suspiró, no quería actuar como un neurótico y desconfiar de Leandro porque después de todo, sin confianza no habia nada, ¿No?
—Esta bien —el cordobés pasó sus brazos alrededor del torso de Leandro y pegó su cabeza al pecho del más alto —, disculpame. No tenía que atacarte así.
—No hay nada que perdonar.
Paulo decidió dejar a un lado su celular, para no terminar de arruinar la noche y tomó asiento en la mesada, para así observar a Leandro mientras éste cocinaba.
Durante la cena, el asunto de la foto quedó en el olvido; Paulo se rió de las boludeces que decía Leandro y se pusieron al día con temas sobre sus respectivas familias. No fue hasta entrada la madrugada, cuando Leandro ya dormía a su lado que Paulo volvió a agarrar su celular; la foto todavía estaba en su galeria. Estaba por hacer zoom a la imagen, porque algo llamó su atención, cuando apareció una notificación informando que tenía un mensaje.
Cuti Romero: hola, paulo, disculpa q recien te contesto habia salido con los chicos. Todo bien y vos??
Paulo: No te preocupes!
Paulo: todo bien 🤣
Paulo esperó la respuesta de Cuti por unos segundos, sin embargo, no se aguantó.
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todos los caminos conducen a roma 🐺 paulo dybala, leandro paredes.
Fanfic🐺Chico x Chico. 🐺Modismos argentinos. 🐺 Participación especial de jugadores de la Selección Argentina y de la Roma.