El cordobés de ojos claros observó su reflejo en el espejo del baño. La toalla solamente cubría la parte inferior de su cuerpo, así que podía ver los chupones que cubrían su pecho y abdomen. Cuti se había encargado de dejar unos cuantos; Paulo tocó uno de ellos y sintió un leve dolor, pero el dolor no se comparaba con el dolor de cadera que tenía en ese momento. A él le gustaba la rudeza en el sexo, pero aveces cuando estaba en pleno acto y rogaba por más, no pensaba en los dolores posteriores.
Paulo salió del baño y se dirigió a la habitación que fue suya durante más de un mes, ya en la cama estaba lista la ropa que usaría para el viaje y a un costado la valija con todas sus pertenencias guardadas dentro. Paulo sintió una molestia en el pecho al pensar en que tenía que volver a Italia, tenía que volver a su casa que ya no se sentía como tal. Él tenía que volver a jugar en el mismo equipo donde estaba su ex novio.
—Te hice café —Paulo se encontró con Cristian cuando llegó al comedor. El cordobés de ojos claros tenía en una mano la valija y en la otra su mochila.
—Gracias —murmuro y soltó la valija. Con la mano libre agarró la taza y le dió un sorbo al líquido negro, estaba caliente y dulce, justo como a él le gustaba —, esta rico. Gracias.
—No es nada.
—No solo por el café, por todo. Gracias por recibirme en tu casa, por estar para mi durante este mes y también allá en Argentina, cuando casi enloquecí —Paulo acortó la distancia que lo separaba del más alto, y con cuidado de no derramar el café, abrazó a Cuti y apoyó su cabeza en el hombro contrario. No tardó en sentir las manos del otro rodear su cintura.
—Para eso están los amigos, joyita preciosa—dijo Cuti. Paulo no quería admitir que ser mandado a la zona de amigos se sintió feo, pero no se iba a poder a reclamar por esas boludeces. No después de todo lo que Cuti había hecho por él.
—Te espero en Roma cuando quieras ir, las puertas de mi casa siempre van a estar abiertas para vos —fue su respuesta.
A Paulo no le gustaban las despedidas, mucho menos después de haber pasado tanto tiempo en esa casa, pero se encargó de abrazar unas cuantas veces a Cuti y después de terminar su café, finalmente pidió el uber que lo iba a llevar hasta el aeropuerto. En Londres no solo hacía frío, también llovía torrencialmente y eso ocasionaba que se sintiera todavía más deprimido, pero Paulo estaba seguro que iba a salir adelante.
✨
Paulo fue bien recibido por sus compañeros y amigos de equipo cuando regreso a los entrenamientos, a excepción de uno que ignoró completamente su existencia, así que él opto por hacer lo mismo. Tuvo la oportunidad de entablar una conversación con Lorenzo, y el italiano era mucho más maduro que cierta persona, porque en ningún momento fue odioso o dejo de lado a Paulo, y eso que podría haberlo hecho. Después de todo fue Paulo quién corto con él, muy diferente a lo que pasó con Leandro, en ese caso era el de ojos celestes que la cagó, pero él era el más ofendido.
Cuando el entrenamiento terminó, Paulo fue al vestuario a buscar sus cosas, dispuesto a salir de ahí y ducharse en su casa y grande fue su sorpresa cuando encontró a Lorenzo y Leandro hablando en el vestuario y riéndose, ¿De cuándo eran tan amigos?
—Bueno Lorenzo, me voy yendo. Después hablamos —dijo Leandro cuando vió a Paulo y salió del vestuario sin siquiera despedirse de él. El italiano miró al de ojos verdes y Paulo se cruzó de brazos.
—¿De cuándo son tan amigos ustedes? —Interrogó Paulo.
—Somos compañeros de equipo —se encogió de hombros —. ¿Querés ir a comer?
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todos los caminos conducen a roma 🐺 paulo dybala, leandro paredes.
Fiksi Penggemar🐺Chico x Chico. 🐺Modismos argentinos. 🐺 Participación especial de jugadores de la Selección Argentina y de la Roma.