Llegaste a mi vida-Emma Myers x Tn

9-Amistad y sentimientos

Max había escuchado todo el audio que había grabado este con atención. Su rostro serio reflejaba la gravedad del asunto. Una vez terminada la grabación, esperó unos cuantos segundos para poder hablar de ello.

―Es una prueba muy buena contra ella...y ahora la malnacida mete a mi prima―dijo este rascándose la barbilla―deberían encerrarla de por vida.

―Tengo miedo de que todo este asunto salpique a tu prima...¿seguro que hacemos lo correcto?―el joven empezaba a tener dudas―no quiero que la carrera de Emma se vea afectada por todo esto.

―Tn, sabes perfectamente que con esto...el mundo sabrá la verdadera cara de Isabella. Su carrera se terminará―dijo―podrás ser libre.

―Debo recordarte que esa mujer tiene contactos muy poderosos, puede que ni teniendo esta prueba de nuestro lado logremos ganar un juicio. Además de las apelaciones y demás...será mucho tiempo, puede que años de juzgados... y yo no me puedo permitir un abogado tan bueno.

Max entendía a lo que se refería.

―Aunque se desvele la verdad, sus padres contratarán a los mejores abogados que hay. ¿Qué podemos hacer nosotros?―preguntó este asustado―quizás...lo mejor es que acepte la vida que me ha tocado vivir junto a ella.

―¡No digas tonterías!―Max se levantó de la silla―¿crees que voy a dejar qué mi amigo tiré su vida por la borda?, ¿acaso has perdido el juicio Tn?.

―No es una tontería, piensa en Emma por un momento―este se volvió a sentar aunque manteniendo el enfado―esa mujer puede arruinar los contratos futuros de Emma, hablar con grandes directores de películas para que no la contraten o echar mierda para que los diseñadores y marcas de ropa no cuenten con ella―explicó este.

Max suspiró, el tema de Emma lo complicaba todo aún más.

―No puedo permitir que arruine a Emma por mi culpa.

El joven sabía que Tn era demasiado preocupado por ese tema, le conocía demasiado bien y si tenía que irse al fondo, no quería que nadie se fuera con él. Estuvieron en silencio, pensando en todo lo que podían hacer. Pero siempre había dos problemas; Emma y el dinero.

―Te dejaré el dinero, ya me lo devolverás―dijo este finalmente―contrataremos a un buen abogado. Si se lo explico a mis padres, seguro que te dejan.

―Eso ya sería involucrar a más personas―replicó este―no veo una salida.

―Maldita sea...¡tiene que haber algo!―Max se cabreaba―creo que lo mejor será que hable con este chico, seguro que encuentra una salida. Y el tema del dinero lo veremos.

―Max...

―No se hable más...eres mi amigo, ¿no?, tú me salvaste aquel día en...

Tn levantó la mano.

―Eso pasó hace mucho...esa deuda de la que hablas ya está más que saldada desde hace tiempo.

Max dejó escapar varios suspiros y asintió pero no estaba convencido. Para él, aquella deuda siempre la tendría o sería muy difícil de saldar. 

―Vamos a comer algo y no pensar en ello―dijo mientras le daba una palmada a Tn―nos vendrá bien relajarnos un poco.

―Estoy de acuerdo.

Ambos se marcharon al comedor con algo de comer y a ver la televisión sin saber que todo eso había sido escuchado por Emma quien se había quedado escondida. La idea era darles un susto pero escuchó la grabación y sintió como los ojos se le empañaban. Tn le caía bien a pesar de la forma de hablar, conocía el horror pero escucharlo...el pecho le dolió por un buen rato. 

Emma pensaba que nadie debería pasar por una situación tan sumamente horrible. Y conocer un caso tan cercano...además de ver a su primo Max totalmente volcado y hundido con el tema.

Aquella noche Isabelle no estaría así que Tn se quedó en casa de Max. Tal y como se encontraba Tn en aquel momento de hundido no quería regresar a su piso para no preocupar a los demás. En cierta forma, el joven decía sentirse como Sirius en casa de los Potter pues siempre podía acudir allí, los consideraba sus salvadores.

―Voy a comprar unas cosas, ahora vuelvo―anunció Max antes de irse.

Emma aprovechó para hablar un rato con Tn. Durante todo ese rato, la joven pudo entablar conversación sin ese tono sarcástico del chico y así se lo hizo saber.

―Es raro que no uses el sarcasmo conmigo ahora―dijo ella sonriente.

―Si quieres puedo utilizarlo

―Mejor que no.

Entonces, la joven tomó la mano del chico.

―He...he...he escuchado todo―Tn abrió los ojos e iba a decir algo pero Emma no se lo permitió―quiero que sepas que estoy dispuesta...a correr el riesgo.

―Pero Emma...tu carrera...ya lo has escuchado...

―Como persona no puedo mirar a otro lado...

―No, no correrás el riesgo

―Si, lo haré

―No, te lo prohibo

―¡Ja!, ¿me vas a prohibir algo?.

Tn intentó convencerla pero ella se negaba.

―Mi conciencia no me dejaría vivir con ello sabiendo que pude hacer algo al respecto

―¿Pero tú tienes de eso?.

Ella se abalanzó en plan de broma a pelear con este por dicho comentario y rodaron por todo el suelo entre risas. Emma sorprendida de ver a Tn reír por primera vez, y sobretodo, en mucho tiempo, siguió con el juego hasta que quedaron agotados.

―No sabía que el señor era capaz de reírse

―¿Señor?, tenemos la misma edad

―Puede...pero eres un señor.

Ambos rieron antes de quedarse viendo el uno al otro. En aquel momento fue cuando Tn se quedó prendado de ella. Había leído muchos comentarios en redes sobre su belleza, pero aquella era la primera vez que podía fijarse como tal. No solo por redes, sino el conocer su forma de ser, su faceta no famosa...

Emma se le quedó viendo con la misma cara. Sentía en su pecho como el corazón le latía con fuerza, y no por el esfuerzo...sino por otro sentimiento.

El ruido de las llaves los hizo separarse y levantarse para estar de pie. Max había comprado unas bebidas y algo de picoteo para cenar. Era una sensación extraña y que no les abandonaría en toda la noche.

―Tn, luego tienes que ayudarme a una cosa del pc―dijo Max comiendo un bocado de su cena.

―Claro, sin problema.

Durante toda la cena ambos se miraban de reojo, cruzaban miradas...e incluso a veces una pequeña sonrisa se dibujaba en sus rostros. Todo ello mientras Max miraba el teléfono, la televisión o su plato.

Se podría decir que los primeros sentimientos afloraron en los dos jóvenes quienes tendrían que estar apoyándose el uno al otro pues el enemigo, Isabella, iba a resultar muy dura y no dejaría que nadie se interpusiera en su camino.

Continuará...