𝐀 𝐩𝐞𝐜𝐮𝐥𝐢𝐚𝐫 𝐰𝐢𝐟𝐞 [𝐃𝐢𝐚𝐛𝐨𝐥𝐢𝐤 𝐋𝐨𝐯𝐞𝐫𝐬] [Pausa Permanente]

† Capitulo XXX †

La peor decisión

Corría por el bosque en dirección hacía la ciudad, pues debía comprar un libro que su lord no le había permitido leer

"La primer mujer", así era el nombre de el libro, ahora con la información sobre Lilith, se hacía una idea de lo que podría tratarse

Al llegar a la librería, arreglo su vestido rosa junto a su cabello rojo que estaba un poco enredado, ya lista entro a la biblioteca manteniendo silencio

Se paseo por la biblioteca hasta que llego a el pasillo "Los principios de la tierra", miro cuidadosamente todos los libros hasta que llego a el indicado

- Este podría ser...

- Que haces aquí - Hablo alguien detrás de ella

Tan solo se giro un poco para mirarlo de reojo, reconociendo quien era

- Reiji-San... - Murmuró y rápidamente escondió el libro entre sus brazos

El de lentes se le acerco para tomar la con fuerza de una muñeca y arrastrarla hasta la esquina mas oscura de la biblioteca

- Desapareces a quien sabe donde, me dejas sediento y te encuentro comprando un libro con un vestido... Tan inocente que me provoca corromperte hasta las entrañas - Murmuró quitandose sus lentes para luego estamparla contra un estante, dejando caer algunos libros

Pero eso poco le importó, pues removió los cabellos que cubrían su hombro y clavícula, donde la olfateo pero hizo una mueca de asco al reconocer el olor

- Estabas con los ancestros... Hueles demasiado a uno de ellos... Que asco - Pego su cuerpo a el de ella y le clavo sus colmillos con fuerza para escucharla quejarse un poco

Pero rápidamente el comportamiento de Mei cambio a uno mucho mas sumiso, su rostro completamente rojo mientras sus brazos temblorosos se aferraban con fuerza a la espalda de el vampiro, arrugandole la ropa

Sin darse cuenta, empezó a gemir en voz baja justo en el oído de el vampiro, el cuál lo recibió gustoso como música para sus oídos

- Vamos... Gime un poco más para mi... - Murmuró con la voz ronca para girarse hacía el otro lado de el cuello de la pelirroja y volver a morderla con fuerza, sabiendo el extraño gusto de la chica