1. Evento. ❣️

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No puedo creer que solo faltan unos meses para al fin convertirme en la señora Carter.

Conozco a Richard desde siempre, pero empezamos a salir cuando cumplí mi mayoría de edad, nos comprometimos en mi cumpleaños número veintidos, de eso ya hace tres años.

Ahora con veinticinco estoy a nada de unir mi vida a la suya, hasta que la muerte nos separe.

Sonrío ante la idea.

Richard es... Es todo lo que está bien en esta vida.

Es guapo, romántico, amoroso, atento, dedicado, amable, inteligente y tiene muchísimas cualidades más.

No puedo creer que haya tenido la suerte de conocer a alguien como él, y más suerte aún por convertirme en su esposa.

-Tierra llamando a Eidel, ¿Eidel aún respiras? - ruedo los ojos ante su comentario.

- No hay manera de que muera en este momento - me aplico el lápiz labial.

Miro mi reflejo por últimas vez y sonrío satisfecha.

-Gracias nani - tomo mi bolso para guardar mi celular y las llaves.

- Para servirle princesa - hace una mueca, lo que me hace sonreír.

A mi melliza Emely nunca le ha gustado Richard, no entiendo porque pero lo respeto.

Según ella nada es tan bueno en esta vida. Pero Richard sí lo es.

Nuestro parecido es descomunal, ambas con cabello miel, ojos grises, labios rosáceos y piel clara. A diferencia de mí, Emely tiene el pelo lacio y es unos centímetros más bajita que yo. Pero después, no hay mucha diferencia.

- Su princesa llegará antes de la media noche, hada madrina.

Y con una sonrisa me despido de ella, saliendo de la habitación.

Al llegar a la sala de estar me encuentro con mis padres y mi divino prometido.

Está hermoso con ese traje color crema el cual combina con su cabello rubio y ojos pardos.

-Hola amor - sus ojos me recorren de pies a cabeza para luego dedicarme una sonrisa orgullosa.

-Estas hermosa - besa mi mejilla - les prometo traerla devuelta más tardar a la media noche - se dirige a mis padres con una sonrisa encantadora.

Estoy enamorada.

- Confiamos en tí hijo - responde mi madre con su amabilidad habitual.

- Pórtate bien cariño - me despide mi padre.

- Lo prometo - sonrío agradecida con ellos.

Richard y yo salimos afuera, y como de costumbre él abre la puerta de mi lado para que yo pueda ingresar como toda una princesa.

Cierra mi puerta, rodea el auto y toma asiento para luego poner el auto en marcha.

- Como siempre, mi prometida será la más hermosa de todo el lugar - me elogia mientras me mira de reojo.

La Novia de Rojo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora