Aparece un inusual amor

Capítulo 8: Te gusta Han Jiangque

Cuando Xu Jiale se acercó, todos los alfas que habían rodeado a Fu Xiaoyu con motivos ocultos sintieron una presión incómoda.

Los alfas de grado A solían ocupar una posición dominante, y las feromonas de Xu Jiale tenían un toque de menta.

Aunque teóricamente pertenecían a la categoría de herbáceas suaves, sus feromonas podían emitir un aroma penetrante cuando se excitaban, lo que las convertía en una de las feromonas más agresivas entre las de tipo herbáceo.

La competición entre alfas era intrínsecamente animal, así que cuando se trataba de cortejar, una vez que un alfa de este nivel A entraba en escena, otros alfas de rango inferior adoptaban sin duda una actitud cautelosa y observadora.

Fu Xiaoyu sintió naturalmente las feromonas con olor a menta de Xu Jiale.

"No hay necesidad de preocuparse por mí", dijo brevemente y se dio la vuelta para ir a otro lugar a bailar.

El sudor brillaba en su tersa frente, ya que hacía un momento estaba inmerso en el baile. Sin embargo, en cuanto vio a Xu Jiale, su actitud se volvió fría y nada amistosa.

"Vuelve", Xu Jiale extendió perezosamente un brazo para detener a Fu Xiaoyu.

Aunque había mantenido a otros alfas a distancia, no tocó la cintura del omega en absoluto. "No planeaba venir. Fue Han Jiangque. Dijo que solía ser él quien bailaba contigo, así que le preocupaba que estuvieras solo aquí y me pidió que cuidara de ti."

Fu Xiaoyu dudó un segundo, y luego miró inconscientemente a Han Jiangque, que estaba al otro lado del bar.

El alto alfa seguía llamando la atención entre la multitud y, en ese momento, sostenía el trasero de Wen Ke y lo levantaba en el aire.

Eran tan íntimos.

Sólo cuando estaba al lado de Wen Ke, sólo cuando miraba a Wen Ke, Han Jiangque mostraba una alegría tan pura.

Fu Xiaoyu no pudo evitar pensarlo.

La mirada de Xu Jiale también se detuvo en el rostro de Fu Xiaoyu.

El golpeteo era ensordecedor y la multitud se había extasiado. En las deslumbrantes luces de neón que caían entre ellos en el bar, Xu Jiale vio parpadear una momentánea soledad en los ojos del orgulloso omega.

De repente, su corazón dio un vuelco.

Los ojos de Fu Xiaoyu le recordaban a los de su padre omega. Siempre había creído que los omegas con ojos grandes podían contener sus emociones durante más tiempo.

A los 14 años, Xu Jiale había faltado a clase por primera vez para beber a causa de un romance fallido.

La cerveza helada y recién servida, tenía una gruesa capa de espuma blanca como la nieve. Engulló un bocado entero, y la espuma se deshizo en su boca como una nube amarga, dejando su estómago aún vacío, en una ilusión.

A partir de entonces, creyó que ése era el sabor de la soledad.

Pero este momento de sinestesia le bastó para ver a través de Fu Xiaoyu.

"La última vez, te pregunté por qué te uniste a este proyecto a pesar de que no te gusta, y no me contestaste".

"Pero justo ahora, cuando Han Jiangque dijo eso, de repente adiviné la respuesta". En medio de la ruidosa música, Xu Jiale se inclinó y susurró al oído de Fu Xiaoyu: "Fu Xiaoyu, te gusta Han Jiangque".

Ni siquiera necesitó hacer una pregunta; al pronunciar esa frase, estaba seguro de haber adivinado correctamente.

Fu Xiaoyu se quedó repentinamente atónito y se volvió para mirarle con desconcierto.