5

3.3K 357 99
                                    

La canción recomendada para este capitulo Where Have You Been de Rihanna.

—No dejabas de arañarte los brazos —le comentó el joven rubio a su acompañante mientras se dirigían de vuelta a La Playa a través de la ciudad desierta, como si fuera una rutina ya establecida

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—No dejabas de arañarte los brazos —le comentó el joven rubio a su acompañante mientras se dirigían de vuelta a La Playa a través de la ciudad desierta, como si fuera una rutina ya establecida. —Todavía me duelen —se quejó con una expresión de disgusto, deslizando sus dedos sobre las marcas invisibles que decoraban sus antebrazos como testigos silenciosos.

Iryna caminaba unos metros más adelante, pero ahora con menos cautela que el primer día. Había ganado un poco más de confianza y se movía con una soltura intrigante, sus pasos revelando una mezcla de gracia y misterio que el rubio observaba con ojos curiosos y cierta falta de vergüenza.

Cuando le dijo que el tiempo en ese lugar transcurría de manera diferente, no le mintió. Apenas llevaban dos días conociéndose, pero la conexión entre ellos ya era palpable. Los silencios no resultaban incómodos y las miradas no eran simples intercambios fugaces. Comenzaban a entenderse mutuamente, incluso sin necesidad de hablar.

Y eso constituía un problema considerable.

—De alguna manera tenía que encontrar a mi compañero —respondió ella, restándole importancia con un gesto de la mano, pero sus ojos revelaban una determinación y un peso que iban más allá de sus palabras.

Aunque era de noche y la luz escasa, las cicatrices en la espalda de Iryna brillaban sobre su delicada piel blanca. Chishiya las examinó detenidamente, eran diez en total solo en la parte de los hombros. Seguramente había algunas más ocultas bajo la camiseta sin mangas que llevaba en lugar de la camisa que usó en La Playa. Cada marca contaba una historia, y Chishiya se encontró atrapado en la intriga de querer descifrarlas, aunque sabía que no era el momento adecuado para preguntar.

—Tienes el tobillo hecho añicos —comentó él, desviando la atención hacia la realidad física de la situación.
—Estoy bien —le respondió rápidamente ella, su voz resonando en el eco de los edificios.

Chishiya la advirtió: —Si no reposas, se va a poner peor—. Lo decía con sincera preocupación. —Apenas podía caminar por lo que dolía allí dentro.

Ella se rió con sorna mientras se relamía los labios, pero había algo más en su mirada, un destello de vulnerabilidad que no pasó desapercibido para Chishiya.

Aun caminando, ella asomó la cabeza por encima del hombro y el rubio pudo contemplar aquella mueca burlesca y autoritaria que ella había plasmado en su rostro. La penumbra destacaba los rasgos de su expresión, creando una sombra en sus ojos que resaltaba la chispa de insolencia. A lo lejos, las últimas luces del día pintaban un cuadro de tonos anaranjados y púrpuras en el cielo, acentuando la atmósfera peculiar que rodeaba a la ciudad desierta.

—Porque eres un debilucho —fue la provocación que dejó en el aire, como una brisa fresca en medio del silencio inquietante.

Él removió las manos en los bolsillos de su campera mientras soltaba un bufido, como si el comentario le hubiera rozado de alguna manera.

FOREIGNER [Chishiya Shuntaro]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora