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—Desde el principio lo supe —expresa la castaña, irradiando orgullo mientras realiza un ademán con la mano durante su caminar. Chishiya, al percatarse, levanta una ceja. —Que ese tipo era la J de corazones

—¿Ah, si?

—Era obvio —comenta con evidente seguridad —. Actuaba de manera excesivamente extraña —explica de manera concisa.

A pesar de no haber dormido en casi quince horas, ella muestra una energía notoria, mientras que el rubio está claramente anhelando una cama.
—Pero fue Banda quien lo descubrió primero.
Con ese comentario, el rubio finalmente despierta por completo de su somnolencia.

—¿Banda? ¿El de la camisa azul? —frunce el ceño.

—Exactamente —asiente ella—. Tiene una intuición sorprendente.

De repente, Chishiya se siente incómodo, no por estar con ella, sino como si estuviera... celoso.

-¿Tiene una intuición sorprendente, dices? —alza una ceja y trata de ocultar su leve incomodidad con una sonrisa interesante.

—Sí, sorprendente. Parece tener un sentido muy agudo. —ella lo observa de reojo, con curiosidad, y entonces nota la extraña mueca en la sonrisa del rubio, como si estuviera sonriendo pero conservara una incomodidad palpable. Ella frunce el ceño —¿Te molesta, verdad?

Cautamente, Chishiya niega con la cabeza, tratando de disimular cualquier rastro de molestia.

—No, no me molesta. Solo me sorprende. No pensé que alguien pudiera superar mi habilidad para detectar cosas.

La castaña suelta un bufido, una mezcla de incredulidad y diversión baila en sus ojos.

—Engreído —sus miradas se entrecruzan brevemente mientras ella, con elegancia, abre la puerta para adentrarse al edificio donde habían dejado sus pertenencias.

Avanzan en silencio hasta la habitación; las primeras luces del amanecer pintan el cielo con tonalidades suaves. Mientras Iryna se deja caer con gracia sobre la cama, Chishiya ocupa el borde y comienza a despojarse de sus zapatos.

—Fue más largo de lo que esperaba —suspira, desprendiéndose de una zapatilla con un gesto casi teatral.

Iryna bosteza, y en cambio, se deshace de las zapatillas sin necesidad de utilizar las manos mientras deja escapar un suspiro.

—Fue el juego más extenso de todos -menciona ella, acomodándose y abrazando la almohada; no tiene intenciones de desvestirse, la fatiga pesa en sus párpados.

—Deberíamos dormir hasta el mediodía —sugiere él, lanzando una mirada de reojo.

—Es justo lo que haré —la cama se siente tan acogedora en ese momento que no puede resistirse a acomodarse un poco más, sumergiéndose en la gratitud de descansar en un colchón decente.

Chishiya sonríe y se quita la campera; ni siquiera se molesta en levantarse para dejarla en la silla, simplemente la deja caer al suelo, quedando vestido solo con sus pantalones y una camiseta negra que resalta los contornos de sus brazos. Iryna lo observa con atención desde su posición, captando cada detalle con una mirada aguda.

—Supongo que lo merecemos después de esa partida.
Con sumo cuidado, el rubio se desliza entre las sábanas, entregándose a la acogedora calidez de la cama. Después de unos momentos de silencio, siente la necesidad de romperlo.

—Buenas noches, Iryna. —se estira ligeramente, relajándose en el confort del colchón.

Iryna le responde con una sonrisa, girándose para darle la espalda.

FOREIGNER [Chishiya Shuntaro]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora