—Je...jerin...
Chishiya, paciente, corrige suavemente:
—Jeringa —inclinando la cabeza hacia ella para subrayar la pronunciación correcta. Acto seguido, sostiene en alto otro objeto en su mano con cuidado. —Y esto aquí es una aguja —añade con minuciosidad, su mirada se desliza hacia ella de reojo. —Ahora dilo tú.
El ambiente de la madrugada impregna la estancia, y ambos descansan uno al lado del otro sobre la cama. Apenas ha pasado una hora desde que Chishiya le administró a Iryna los antibióticos, cuyo efecto se ha manifestado de inmediato. Por ende, no se atreve a dejarla ir. Al menos, no esa noche. La urgencia de mantenerla bajo observación se hace palpable; si colapsara nuevamente y pereciera, los esfuerzos de Kuina y los suministros serían en vano. Además, una infección como la suya demandaría varios días, incluso semanas, para sanar completamente.
En la penumbra de la habitación, y ante la falta de sueño que ambos experimentan, surge una actividad intrigante: Chishiya enseña a Iryna algunas palabras en japonés que aún no forman parte de su repertorio lingüístico.
—Aguja?
—Eso es, lo dijiste muy bien —reconoce él, esbozando apenas una sonrisa, mientras señala otro objeto sobre la cama. —Estetoscopio.
—Estos... copio? —frunce el ceño, para luego estallar en risas, encontrando la palabra bastante cómica.
—Casi —afirma él, volviendo su mirada hacia ella. —Pero aún así eres muy buena. ¿Cómo aprendiste tanto?
Iryna abre la boca como si estuviera a punto de desvelar un secreto, pero en lugar de eso, opta por una verdad a medias, jugueteando con el borde de las mangas de la chaqueta de Chishiya.
—Bueno, he tenido que afrontar diversas situaciones a lo largo de mi vida. Antes de llegar a Japón, me dedicaba al estudio de varios idiomas —explicó, esforzándose en dar un matiz convincente a sus palabras. Chishiya, astuto y observador, no dejo pasar ningún detalle y supo leer entre líneas.
Sin embargo, cometió un error de gravedad. Estaba tan inmerso en analizar los ojos de la castaña que no se percató cuando soltó: —Entonces, ¿qué hacías antes de todo esto, Iryna Kravets?
Ella frunció el ceño, abandonando cualquier atisbo de despreocupación.
—¿Kravets?
El rubio entreabrió la boca, momento en el que se percató de su desliz. No permitió que el pánico lo envolviera; en cambio, su mente trabajó a toda velocidad, ofreciéndole una excusa perfectamente elaborada para disimular.
—¿No es ese tu apellido? —preguntó él, manteniendo una naturalidad impecable.
—Sí, pero... jamás lo dije en voz alta —informó ella. Él seguía mostrándose sereno, su mirada se suavizó y se tornó envolvente, como si intentara jugar sutilmente con sus emociones. Necesitaba, de alguna manera, persuadir a Iryna de la veracidad de sus palabras, aunque era consciente de las múltiples posibilidades de que su explicación no surtiera efecto.
ESTÁS LEYENDO
FOREIGNER [Chishiya Shuntaro]
Hayran KurguChishiya Shuntaro, el enigmático jugador maestro, cruza destinos con Iryna Kravets, una ucraniana cuyo pasado se oculta en las sombras. Rescatada de un abismo oscuro, Iryna despierta en un juego donde los límites entre la realidad y la estrategia se...