°ᴄᴀғᴇᴛᴇʀɪ́ᴀ°

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Aquella chica de ojos miel trabajaba en una cafetería, amaba su trabajo, la hacía sentir cómoda y segura, disfrutaba estar en aquel lugar, jamás me imaginé que también terminaría siendo mi cafetería favorita, solo porque ella estaba ahí

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Aquella chica de ojos miel trabajaba en una cafetería, amaba su trabajo, la hacía sentir cómoda y segura, disfrutaba estar en aquel lugar, jamás me imaginé que también terminaría siendo mi cafetería favorita, solo porque ella estaba ahí.

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• Namjoon.

Sonrió al darse cuenta de que habían pocas personas en aquel mágico lugar, entró sin dudarlo y todos le dieron la bienvenida con calidez. Se sentó y alzó la mirada al notar que no estaba aquella chica en el mostrador.

—Vino tu enamorado— pudo escuchar desde el almacén, la chica se quejó diciendo que no lo era con un poco de nervios.

Sonrió al verla, se quitó el delantal verde oliva y lo lanzó por ahí, tomó algunas galletas y se acercó a él con una gran sonrisa.

—Pensé que no habías venido— exclamó mientras agarraba una galleta, ella alzó los hombros.

—Estaba haciendo un pastel de fresas, he mejorado, en serio— el asintió con orgullo, ella le había dicho que se metería a unos cursos de repostería ya que su sueño siempre fue aprender a hacer pasteles, miraba con atención todas sus facciones, amaba verla sonreír y ser feliz— Bueno, ¿qué querías decirme?

—Eh, bueno, yo...— dudó un poco mientras se acomodaba la gorra que traía, suspiró unas cuantas veces y por fin lo soltó— Tengo un viaje en dos días, a Egipto precisamente, ya sabes, necesito...

—Distracción, buscar nuevas ideas para tu música— completó la frase haciéndolo reír— es genial, espero te diviertas y puedas agarrar nuevas ideas.

—Si, creo que lo conseguiré— admitió, siempre que salía de viaje, regresaba con nuevas y estupendas ideas— Pero, quiero que tu me acompañes.

La castaña se tomó varios segundos para procesar lo que había escuchado, su corazón empezó a ponerse desesperado igual que sus manos, lo miró con sorpresa, para nada se imaginaba esto.

—Eso suena bien, pero no puedo— Nam esperó a que siguiera hablando— tengo que trabajar y créeme que el salario que gano no es suficiente ni para el boleto.

—No tienes por qué preocuparte del dinero, eso lo resuelvo yo, es un sueño para mi que me acompañes.

—Pero.

—¡Nada de peros! Tienes derecho a unas vacaciones linda— exclamó la jefa desde las maquinas de café, le guiñó un ojo a Nam haciéndolo reír.

—Bueno, parece que está resuelto.

—No puedes pagarlo todo por mi, de alguna forma tendré que devolverlo.

—No, querida. Además es mi cumpleaños y como regalo quiero que tu me acompañes— admitió el alto.

୨୧ BTS ୨୧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora