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﹋﹋—¿Qué dijiste?
Seulki avanza hasta el soldado, quien solo se rio al ver el rostro de la menor, la reconocería donde sea, todo el cuartel... Estaba repleta de sus fotos.
—¡Maldito parásito! Debiste haber muerto ese día, sabía que no eras más que un problema —sus palabras fueron suficiente para que la menor bajará el subfusil, tiempo que el hombre aprovechó para quitarle el arma.
Levantó el objeto con tal de pegarle con eso, pero su compañero lo detuvo, agarrando su mano con fuerza, Seulki miraba al hombre que la quiso golpear.
¿Por qué están tan callados?
Todos vieron los ojos negros de la que en algún momento fue Suni, la risa de esta inundó el lugar, sus amigos ya lo habían visto... En HyunSu, ella dejó de ser ella por un segundo.
—Agradece que no voy a matarte... Porque te hubiera quitado miembro por miembro y me hubiera asegurado que sigas vivo... Da las gracias por que hay monstruos con un buen corazón.
Seulki se alejó de ambos, cerró sus ojos dejando que vuelvan a la normalidad, se acercó a EunYu y la ayudó a ponerse de pie.
—¿Estás bien? —preguntó en voz baja, acariciando sus mejillas.
—Estás infectada, eres cómo... HyunSu —susurró mirando su rostro detenidamente, viendo como la chica a la que odiaba cuidaba de ella por un momento.
Seulki sonrió mientras dejaba que se apoyara en su cuerpo—. Algo me dice que siempre fui así.
Ambas se giraron hacia los soldados cuando ellos dejaron de pelear, el cobarde se subió a la camioneta, dejándolos con el soldado más joven.
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—... Deje los nudos sueltos —dijo sin dejar de mirar a Seulki.
Se veía tan demacrada, su cabello sucio se apegaba a sus mejillas, las cuales estaban con sangre. Sus pestañas hacían un contraste perfecto con sus ojos, sus ojos negros... Aún no podía creer que alguien como ella no fuera del todo humana... Había nacido en un laboratorio.
Dejó de observar cuando fue a sentarse con la chica de pelo corto, Jisu.
Dio un par de indicaciones más antes de salir.
—Te ves horrible —susurró hacia su amiga.
—Tú tampoco te ves bien —Jisu habló de la misma forma, ambas estaban felices de verse de nuevo, aun en estas condiciones.
De repente, el piso comienza a temblar y de los escombros cae tierra, algo se acercaba a ellos.
Por instinto, Seulki abraza a Jisu, manteniéndola bajo sus brazos en todo momento.
—¿Señora Im?
Todos se voltearon a mirarla, era ella, la señora Im... O eso parecía, caminaba con una mirada vacía y ni siquiera parecía notarlos.
—Es la señora Im...
—Pero se había convertido en monstruo —Suyeong habla seguido de su hermano, mirando a la señora Im, cómo todos.
Seulki comenzó a mover su cabeza, había algo cerca de ellos, al parecer... Un monstruo la había seguido hasta aquí.
—No hagan ruido —ordenó sabiendo quien era, su pequeño grupo le hizo caso y prefirieron observar en silencio como el soldado cobarde quería deshacerse de la Señora Im.
La castaña también se puso de pie, quería ver cómo ese cobarde moría.
Cuando estaba por lanzar la bengala al suelo, donde se encontraba la gasolina, ese monstruo sin la mitad de cabeza, atraviesa con su garra al militar, dejándolo caer muerto. El más joven apuntó con el arma, pero se detuvo al ver las indicaciones del niño, Yeongsu.
Con la ayuda del mismo soldado, decidieron salir del edificio en dirección al autobús cercano, la castaña, para evitar problemas, cargó a Yeongsu en su espalda, dispuesta a llevar hasta el autobús, manteniendo a su hermana cerca de ella.
Todo iba bien... Hasta que un dron llegó a arruinar todo.
De ahí todo se volvió un caos, aunque Seulki trató de ayudarlos, no pudo decir lo mismo del militar, tuvo un debate interno sobre ayudarlo o no. No podía juzgar a todos los militares por la estupidez de un cobarde.
Así que cuando el muchacho se vio atrapado entre ese monstruo de dos ojos enormes, Seulki se puso frente a él, dejando que el virus hiciera su trabajo.
—¡Déjalo ir! —el ataque de los enormes ojos se detuvo al ver los ojos de la que parecía una humana, pero se rehusaron a hacerle caso—. ¡Dije que pares!
A su alrededor comenzó a moverse la tierra, no quería herir al monstruo, pero iba a hacerlo si era necesario.
Los ojos lentamente lo dejaron libre, Seulki extendió su mano para agarrar al militar, quien se dio cuenta que el monstruo no lo dejaba por voluntad propia, ella lo estaba manipulando.
—Toma mi mano —dijo esperando a que lo hiciera.
Incluso si había recibido una orden de deshacerse de todo infectado, ella era una excepción... Así que estiró su brazo libre para sujetar la mano de Seulki. Cuando pudo sacarlo, no dudó en abrazarlo para tirarse al suelo con él, viendo cómo el otro monstruo que no podía ver atacaba al par de ojos.
El muchacho miró a la castaña, viendo como el color negro de sus ojos desaparecía.
—Vámonos.
Seulki y el militar se tomaron de la mano y comenzaron a correr para alcanzar al autobús.
Dejando que ambos monstruos peleen solos, Seulki suspiro de alivio cuando pudo subir al autobús al igual que el militar.
Volvió a Hogar Verde y ahora se va otra vez... Sin HyunSu.
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HyunSu abrió sus ojos, encontrándose con Suni frente a él, la miró detenidamente, se veía igual al día en el que... En el que la dejó.Suni lo miraba a él de la misma forma, analizando cada una de sus heridas, hizo una mueca de tristeza mientras se arrastraba en la jaula, para ponerse cerca de HyunSu, quien la miraba atentamente.
—¿Cuántas veces te dije que tuvieras cuidado? —susurró levantando su mano para acariciar su mejilla, sin importarle si estaba sucia o no.
—Suni... —dijo cerrando sus ojos, sabía que era su imaginación, pero el roce de sus dedos con su piel hizo que suspirara, podía sentir su mano tibia—. Te extraño...
—Y yo a ti.
Suni sonrió mientras volvía a acercar su rostro al de HyunSu.
—Lamento haberte dejado ahí...
Se disculpó, no le importaba si los militares lo miraran, ella estaba ahí... Junto a él.
—¿Por qué te disculpas? No hiciste nada malo —lo consoló bajando su mano, el chico sabía que esto no era real, solo estaba ahí debido a que se sentía culpable ¿Cómo no sentirse así? Dejó que la niña que tanto amaba... Muriera por su culpa.
—Suni ¿Por qué me dejaste? —preguntó en voz baja, sintiendo su cuerpo temblar.
Suni lo notó, así que suavemente pasó su mano por la nuca de HyunSu, y dejó caer gentilmente su frente contra la de él, ambos mirándose a los ojos—. Jamás voy a dejarte HyunSu... Jamás.
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NEAR YOU ˢʷᵉᵉᵗ ʰᵒᵐᵉ ᵗʷᵒ
Random【ℬ】. . . ¿Enemigos? Enemigos son aquellos que se disfrazan de corderos y dicen protegernos.