35.Un nuevo comienzo

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                       Capítulo 35

Nuevos comienzos

María Elisa

Abro lentamente mis ojos. Todo es borroso, apenas logro distinguir el color del lugar. Lentamente mi mirada va aclarándose y lo primero que veo es el rostro de Gaia al lado de la cama, quien está sujetándome una mano. Su rostro se ilumina al ver mi mirada chocar con la suya.

—¡María Elisa! Finalmente has despertado. ¡Chicos! Despertó. — la escucho decir con emoción.

No pasan ni cinco segundos desde que la escuche decir eso cuando veo a Max acercarse y tomar mi otra mano entre las suyas.

—¿Como te sientes? ¿Te duele algo? ¿Quieres algo? Dime— pregunta casi desesperado.

Pero yo aun me siento incapaz de contestar, no porque no quiera sino porque mover mis propios labios y lengua me resulta difícil.

—Ya llamé al doctor, no la acoses con preguntas, hay que dejar que se tome su tiempo— Escucho decir a Noah quien está junto a los demás al otro extremo de la cama.

Pasan unos cuantos minutos, mientras asumo que estoy en un hospital, tengo un montón de aparatos conectados a mi pecho, y también tengo una bigotera (cánula de oxígeno) ¿tan mal estoy? En vista de que el doctor no aparece y de que yo aun no puedo hablar, Mahelo y Jeff salen en su búsqueda, mientras los demás tratan de mantener una conversación poco interesante conmigo para mantenerme despierta.

Veo la puerta abrirse, entra una mujer con bata blanca acompañada de los chicos, asumo que es mi doctora. Es una mujer alta, muy guapa y....extrañamente se me hace conocida. Se acerca a mí, Gaia le da paso y le explica que no he pronunciado palabra, la mujer hace una mueca, y saca un pequeño aparatito con el que empieza a probar los reflejos de mis ojos. Sonríe al ver que los resultados son buenos. Luego saca un lapicero y empieza a darme pequeñas punzadas con el en la palma de la mano, al ver que reacciono ante el dolor, deja mi mano y prosigue a apartar la manta que cubre mis pies y pincha la planta de mis pies, también reacciono ante el dolor, pero esta vez suelto un gritillo.

—¡Ayyy!— esa vieja piensa que no duele o que.

—Ahí está— dice con satisfacción— estas muy bien María Elisa. La cosa es que aún estas sufriendo los efectos de la anestesia, y por ello aun te cuesta hablar—Me dice y ahora sí la enfoco bien y logro reconocerla, es la teniente Guerra, pero... ¿Qué hace aquí?

—No me veas con esa cara. Se lo que te estas preguntando por dentro. La cosa es que en la vida puedes tener más de una profesión, siempre y cuando seas perseverante y comprometido. Ahora que están todos reunidos sobra felicitarlos, pues han logrado su cometido, y todo gracias a su perseverancia...e impulsividad— sé que eso último es para mí, queda más que claro por la forma en que me miro— pero lo importante es que lo lograron y todo gracias a que los entrene bien...tienen que admitir que el campamento les fue de mucha ayuda.

—Por supuesto, gracias a los mosquitos del campamento done una pinta de sangre que me estorbaba en el cuerpo —masculló Gaia.

—Que bien, me alegro, eso significa que en el campamento ya no deben quedar muchos mosquitos— si no fuera porque apenas puedo abrir la boca hubiera estallado a carcajadas como los demás.

—Perdooon ¿qué quiere decir con eso teniente?

—Lo que todos entendieron por supuesto— dice y le guiña un ojo— en fin, siempre que quieran serán bienvenidos en el campamento, y sí gustan también podrán enviar a sus hijos dentro de unos años, estaré encantada de...

R-D : Discipline and Revolution [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora