9: Valentín

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¿Eso era porno? Traté de no verme más alarmado de lo que ya estaba pero me quedé mirando hacia la puerta que llevaba a la sala y fue cuando el hombre de la película dijo:

¿Te gusta esto en tu pequeño y apretado culo?

Sí, papi ― fue la respuesta.

¡Dios mío! No podía mirar a Agustín, así que miré de reojo la almohada donde había escondido su arma, si pudiera tomarla tal vez podría detener al ojiverde mientras escapaba, pero luego tendría que pasar a Luka. Sin mencionar que no estaba del todo seguro que el castaño se detendría sólo porque le apunta con el arma.

No le dispararía pero él no lo sabía ¿o sí? De cualquier manera, tendría a un furioso asesino en mis manos y no podría arriesgarme.

¡LUKA, BÁJALE EL VOLUMEN PAJERO! ― el asesino apartó las sábanas y entró a la cama, se recostó en ella sin dejar de observarme.

Perdón Agus ― el sonido bajó ― Pero deberías mirar el culo que tiene esta mina ni Bri Marcos.

Métete ― el ojiverde movió las sabanas del otro lado, mientras su brazo cubría mi almohada.

Un escalofrío no deseado recorrió mi cuerpo mientras lo miraba, un hombre hermoso y viril invitándome a meterme en su cama pero era mucho más que un simple bombón: era un asesino e incluso, aunque hubiera sido gentil conmigo, la necesidad de escapar era todavía mi prioridad.

¿No tenes una habitación para invitados?

La tengo pero vos no vas a dormir ahí ― colocó la mano derecha detrás de su cabeza ― No voy a cogerte... ― frunció el ceño y luego continuó ― Quiero decir, no lo haré a menos que lo pidas amablemente y solo necesito saber que estás seguro ― para probarlo bajó la sábana y colocó su brazo izquierdo bajo su cabeza. Su pecho estaba a la vista pero la sábana lo cubría a partir del estómago. Tragué con fuerza.

No he dormido con alguien en un largo tiempo.

Contuvo la respiración mientras le daba un vistazo a mi cuerpo antes de regresar a mi rostro.

¿Por qué no?

No estoy hablando de sexo ― eso tampoco lo había hecho pero no era lo que quería decir ― Tengo pesadillas algunas veces que pueden ser bastante feas al punto que algunas veces despierto gritando y eso suele ser un problema.

Tiré del borde de la camisa hacía abajo, aunque la cosa me quedaba enorme.

No importa, entrá a la cama por favor...

¿Eso estaba sucediendo realmente?

No creo que...

Su voz se endureció:

Te metes o te meto yo, esas son tus opciones.

Agarré fuertemente el acolchado, jugando con la esquina, él no cambiaría de opinión y sabía que sino hacía lo que pedía cumpliría con su amenaza. Me senté y coloqué las piernas bajo las sábanas, recostandome en la orilla de la cama dándole la espalda. Suspiró profundamente.

¿Con qué sueñas?

¿Perdón?

Dijiste que tenes pesadillas ¿Qué te asusta tanto en tus sueños?

El fantasma de Marcos, una cruel sonrisa grabada por siempre en su rostro, apareciendo en todos los rincones de mi mente y nunca hablaba de Rojo por miedo a que con simplemente nombrarlo pudiera traerlo de regreso de la tumba. En lugar de decirle la verdad, mentí:

Protector // GialenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora