Él me sostuvo y contuve el aliento, la confianza era un lujo que tenía muy poco pero le había dado mi confianza a él. Cerré los ojos apretadamente.
― ¿Te referís a cómo lo maté?
― Sí ― acarició mi pelo.
― Me había seguido escaleras arriba, me encerré en la habitación de invitados y el estaba en la puerta, aventándose contra ella y gritando que iba a matarme para enterrarme en el jardín, así mis amigos del gobierno nunca me encontrarían ― aún podía escuchar en su voz la fuerte paranoia ― Encontré una escopeta en el armario, él mantenía armas de reserva por toda la casa, estaba cargada así que permanecí con la espalda hacia la ventana y esperé a que abriera la puerta. Lo hizo y cuando entró, jalé el gatillo ― corrí los dedos por mi pecho ― Matándolo casi instantáneamente, haciendo jirones su corazón con un perdigón ― una sola lágrima escapó, aunque pensé que había dejado muy atrás el llanto por mi tiempo infernal con el hijo de puta de Marcos ― Cuando cayó, lucía tan... sorprendido ― estiré la cabeza y miré a los ojos de Agustín ― Como si nunca se le hubiera ocurrido que yo haría una cosa semejante.
― Pensó que te había quebrado.
― Yo también, hasta que tuve el arma en mi mano, apoyada contra el hombro y jalé el gatillo. Perfecto tiro a muerte ― una sonrisa trató de escapar por mis labios ― Justo como él me enseñó.
― Es afortunado que lo hayas matado antes que yo tuviera la oportunidad, si no hubiera hecho que durara meses ― la determinación en su tono y el agarre posesivo en mí, me dijeron que decía la verdad.
― Después de eso, la policía me detuvo por el homicidio y un par de allegados a Rojo me dieron un mal rato, tratando de hacerlo parecer como que yo lo había provocado, o que de alguna manera era culpable por todo lo que había pasado.
― Nombres ― envolvió una mano alrededor de mi garganta y usó su pulgar para levantar mi barbilla, manteniendo nuestros ojos fijos ― Quiero nombres.
― Creo que tenemos suficiente en nuestras vidas en este momento ― corrió el pulgar a lo largo de mi mentón.
― Cuando esto termine, me vas a dar nombres ― bajé la cabeza a su hombro.
― Si sobrevivimos a esto, entonces sí te diré los nombres pero sólo si prometes no matarlos.
― No hago promesas que no pueda mantener ― enterró el rostro en mi cabello, su tono era frío y seguro.
― Eventualmente, fui declarado inocente del asesinato por defensa propia y una vez que sané, dejé la universidad e intenté dejar todo detrás de mí. Pero no podía permanecer en ese lugar, especialmente después que algunos de mis compañeros de clase que me reconocían, me hicieran preguntas sobre lo que pasó con Marcos. No podía soportar las miradas y los susurros, así que empaqué y me mudé a Palermo para un nuevo comienzo.
― En donde te encontré.
― Sí ― me relajé, como si contar la historia quitara un peso ― Ahora es tu turno.
― ¿Mi turno?
― Número de muertos.
Me empujó hacia su pecho, así que lo monté a horcajadas, su miembro duro se presionaba contra mi sexo desnudo.
― Estoy empezando a creer que eres un poco macabro.
Incliné la mano y lo consideré.
― Tal vez.
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Protector // Gialen
FanfictionDesde el momento en que lo vi a través de la ventana de su florería, algo más que la oscuridad se arraigó dentro de mí. Valentín brillaba como un faro en un mundo que desde hace mucho tiempo perdió cualquier luz. Pero nunca fue para mí, un hombre qu...