06. La chica nueva

23 2 0
                                    

Mike

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Mike

"Eres mi Ángel, siempre serás mi Ángel... Michael Evans".

"¡¡Mike!!".

La atemorizante voz de una niña gritando mi nombre de manera aterradora junto a un fuerte estruendo de un carro; causa que mis ojos se abran alarmadamente, y ni hablar de la agitación de mi pecho mientras respiro paulatinamente por aquel sueño o más bien... Una desagradable pesadilla.

Otra vez, teniendo más mierda en mi mente.

—Maldita sea —susurro irritado.

Paso las manos sobre mi rostro al saber que las queridas pesadillas de Mike Evans, volvieron acechándolo una vez más, y esa fue la razón del porqué me fui de los ángeles.

...

El agua baja por mi rostro, remojando mi cabello color castaño y haciendo que todos mis sentidos se relajen, pero aquellas preguntas que me atemorizan pasan por mi mente.

¿Quién era esa niña?

Después de vestirme, llegó la hora de levantar a las bellas durmientes, y sé cual es la única y graciosa manera.

—¡Despierten! —grito fingiendo temor y me muevo como gelatina—. ¡Esta temblando!

Rápidamente Jean se levanta asustado, pero Adam hace que me ría aún más.

Adam corre como una damisela en apuros y sale de la casa sin siquiera vestirse. Segundos después, regresa muy enojado.

—¡Idiota! —frunce su ceño y me mira con expresión lúgubre—. Una anciana me vio en ropa interior, y me dijo... Ken bonito.

Las carcajadas de Jean y la mía, se elevan por todo el apartamento mientras el rostro avergonzado de Adam causa que nuestras risas se intensifiquen aún más.

Niega tapando su ropa interior azul de zanahorias y exclama:

—¡No es gracioso!

Adam y Jean, toman almohadas peligrosamente y dan pasos dirigiéndose hacia a mí.

Luego de una intensa pelea de almohadas, los tontos al fin están listos; Jean y Adam entran al auto luciendo sus gafas oscuras y yo no me quedo atrás. No por hacerme lucir más atractivo, sino para evitar las miradas agobiantes de todas las chicas, y por supuesto cubrir los golpes de cada pelea en la que me meto; por el simple hecho de que soy el típico idiota.

Prometo no olvidarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora