13. El amor duele

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Mi madre me enseñó que el amor puede sentirse mágico

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Mi madre me enseñó que el amor puede sentirse mágico. Puedes sentir una gran explosión de arcoíris cuando miras a esa persona, e incluso... sentir esas cursis mariposas en el estómago; pero algunas veces... también puede sentirse como una completa mierda, y esta es una de ellas.

"El amor es hermoso, hasta que comienza a doler".

Aquellas palabras que dijo mi madre aquella noche, eran tan claras en este instante; duele tanto poder amar a alguien y saber que nunca te verá de la forma en la que tú quieres.

Lágrimas de mi rostro caen, mientras al otro lado de la puerta, gime la chica que está en su cuarto.

La gente dice que el amor duele... y vaya que sí.

Sin embargo, para rasgar su corazón se necesita de algún artefacto afilado; como una espada de plata. Y aquella persona quién lo hizo...

Fuiste tú... Mike Evans.

—Si supieras... todo mi amor por ti.

Mis palabras se ahogan en un susurro mientras mis lágrimas estallan junto a mi corazón roto.

Aquellas palabras susurradas no se las merece, la palabra idiota le queda corta. Trata a las mujeres a su antojo y beneficio, pero conmigo no lo hará.

No se lo permitiré.

"No seré una más de su colección".

¿Qué hago parada aquí?

Inquiere mi mente con enojo, sintiéndome como una tonta delante de su habitación; y ni hablar de la estúpida bandeja que sostengo.

Miro lo que lleva encima de esta y niego en un suspiro.

Un vaso de leche tibia, acompañadas de galletas con chispas de chocolate; recién salidas del horno.

—Un total desperdicio —murmullo.

Agarro la bandeja con fuerza, mientras lloro como una niña que le arrebataron su juguete por primera vez; y así era.

Él me arrebató el corazón, y en segundos lo apuñaló sin duda alguna.

Limpio las lágrimas que se encuentran en mis mejillas y me dispongo a salir de allí rápidamente. Bajo las escaleras con prisa, me dirijo hacia la sala de televisión y noto que los chicos están viendo una película.

—¿Puedo comer eso? —Inquiere Jean.

Mira la bandeja con esplendor y relame sus labios.

Prometo no olvidarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora