CAPÍTULO 07

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A la mañana siguiente Dazai despertó pero estaba solo en la habitación, se percató que su esposo no estaba al lado suyo como habían dormido ayer, escucho algunos ruidos por algún lado de la casa, se oía como si alguien estuviera hablando por teléfono más bien como Chuuya.

Salió de la habitación y se apresuró a ver de donde venia ese sonido, busco en la sala, la cocina, la biblioteca, el jardín, el baño, estaba ya sin esperanzas pero se había olvidado de buscar en el cuarto de sus hijos...

-Si.. debe de estar en ese lugar. -se dijo a si mismo para ir a tal lugar proveniente del sonido-.

Estaba en frente de la puerta y se dio cuenta que el sonido de la voz de chuuya se escuchaba más fuerte. Sin dudar ni un segundo abrió la puerta.

-¿chuuya?, que haces aquí tú solo. -miro al peli naranja con el teléfono en mano para ver cómo paraba de hablar al sentir su presencia.

Chuuya se percató del intruso en el ambiente tranquilo pero al ver que se trataba de su esposo se tranquilizo, y corto la llamada.

-Estaba charlando con Mori, Dazai, ahora que estas depierto..., vamos a la agencia tenemos que hablar con Ranpo.

-Verdad... pero no creo que Ranpo tenga mucho que decirnos, respecto a nuestros hijos, pero bien vayamos.

-Hablando de eso le avise a Mori que me de algunos días libres por lo de nuestro hijos, raramente entendió. -suspiro al parecer con cansancio.

-Si conozco como es Mori.

Al pronunciar el nombre de el jefe de la port mafia lo dijo con molestia el castaño y semblante sombría.

-Si.., bien no perdamos tiempo, vamos ahora a la agencia.

-Lo que digas cariño, pero me salvas de Kunikida.

-¿Kunikida?, el idealista, no creo que te haga nada.

-Pero chuuyaaa.

-Nada de peros supongo que ese es tu castigo por si no lo recuerdas, ¡perder a mis hijos!.

-Pero que cruel eres conmigo. -fingio cierta tristeza en su voz-.

-Si lo que digas Osamu. -le resto importancia a su comportamiento-. y vamos de una vez.

-Pero Chuuyaaaa.

-¡Dazai!. -grito ya un poco alterado-.

-Bien.., vamos.

Dazai y Chuuya se dirigieron a la agencia, en todo el camino el castaño se la paso pensativo con respecto a lo que diría Ranpo quizas.

Por lo que para sorpresa a chuuya le pareció extraño ya que no era algo común en el, al cabo de unos minutos llegaron a la agencia ambos ahora estaban subiendo las escaleras para sorprender a Dazai no les tomó mucho tiempo subirlas como el recordaba, actualmente se encontraban parados en la puerta, hasta que decidieron ingresar.

-Oh Dazai-San llega justo a tiempo. -el albino se acerco al ver a su mentor en la entrada hasta que se puso nervioso al ver quien lo acompañaba-. C-Chuuya-san, buenos días, ¿que lo trae por aquí?.

-Preguntale a este desperdicio de vendajes. -sonrió amargadamente señalando al que estaba a su lado conteniendo su ira.

-¿que sucedió Dazai-San?. -el albino dirigió su mirada ahora al castaño.

-Amm..., digamos que perdi a nuestros hijos.

Al Albino le costó un poco terminar de procesar las palabras hasta que por fin reacciono.

-¡¿perder a sus hijos!?. -alzo la voz sorprendido-. ¡Dazai-San como pudo perder a sus hijos!.

El vendado iba a contestar a eso hasta que una cuarta voz se escuchó.

-¡¡Maldito desperdicio de vendajes!!. -grito, para caminar hacia Dazai, con intenciones de pegarle al mismo tiempo una vena sobresalía de su frente

Dazai al ver cómo se acercaba Kunikida, se asustó, pero ya estaba preparándose para lo peor.

El rubio alzó su mano con intenciones de golpearlo hasta que alguien lo detuvo.

-Disculpe intervenir idealista-, pero no puedo permitir que golpee a mi esposo así tan idiota sea.. -chuuya sostuvo su mano con firmeza mirando al piso.

Todos los que estaban ahí presentes se quedaron sorprendidos al ver la escena, hasta que toda la atención se fue hacia el detective amante de los dulces.

-Ahhh.. dejen de jugar como niños pequeños, ¿acaso no venían a buscarme a mi?. -dijo Ranpo en su escritorio con los pies en la mesa mientra sonreía observando a ellos cuatro-. si en todo caso es así... apresurence y dejen de jugar.

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