Capítulo 4

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El escape.


—Pues aún no como tal, pero...

—Ajá, que tal si mejor vamos a comer y ya pensamos en algo —lo interrumpí.

Sin siquiera dejarlo responder, tomé su mano y lo llevé hasta la heladería, compramos un helado para cada quien y lo terminamos mientras recorríamos las calles de la cuidad, hasta que la luna se hizo visible.

Está vez Derek insistió en quedarse a dormir en mi casa, con el pretexto de que yo me había quedado en la suya la noche anterior, sin negarle nada nos dirigimos a mi casa.

Confiada abrí la puerta principal y no podía ser cierto...

Narra Derek

Después de una larga caminata al fin habíamos llegado a casa de Alice, estaba exhausto, solo quería llegar a descansar.

Al momento de abrir la puerta nos encontramos a nuestros padres, esperándonos pacientes en un sillón, con la intención de hablar con nosotros.

—Chicos... hay algo que debemos decirles —comenzó Lorene, la madre de Alice.

Nos miraron nerviosos, sabía que se avecinaba una noticia y no del todo buena.

—Estamos saliendo... —terminó Rob, mi papá.

La situación era demasiado para nosotros, simplemente no podíamos imaginar cómo sería nuestra vida juntos de esa manera.
Apreté fuerte la mano de Alice, y como si hubiéramos leído el pensamiento del otro, nos echamos a correr sin siquiera mirar atrás.

Era increíble la adrenalina que sentía correr por mis venas, me sentía libre, y apuesto a que Alice sentía lo mismo que yo.

Importandonos poco que nuestros padres insistieran a gritos en que volviéramos huimos hasta casa de mi amigo Mace. Alice no sabe quien es, ni a dónde iremos, pero pronto lo sabrá.

—Derek, ¿dónde estamos?... —preguntó desorientada.

—Estamos en la casa de Mace, un amigo de la escuela.

—¿Estás seguro de esto?

—Claro que sí, dudo que haya peor cosa que tener que escuchar cómo nuestros padres salen —respondí.

En ese momento Mace abre la puerta.

—Hey viejo, ¿qué pasa? —se tambaleó un poco y como pudo chocó puño con el mío, parecía estar bajo los efectos del alcohol o alguna droga.

—Mace, necesito un gran favor ¿crees que podríamos quedarnos a dormir en tu casa esta noche?

—Claro... pero... Creo que hay alguien que aún no me presentas —habló refiriéndose a Alice.

—Es una... Amiga, ¿podemos pasar?

En un momento incómodo, Mace nos miró con una sonrisa pícara.

—Claro, pasen

Alice se adelantó a entrar y Mace me dió un codazo mirándome con una sonrisa, únicamente sonreí apenado y le hice una seña de que se callara.

Narra Alice

En cuanto entramos noté que habían tenido una fiesta o algo por el estilo, todo estaba desordenado y lo que más llamó mi atención fue una chica dormida en el sofá, no sé quién sea, solo espero que esté bien.

El chico nos guió hasta la habitación de huéspedes en la que nos indicó que podíamos pasar la noche. Nos dejó solos en aquella habitación de una cama individual, dudaba de que cupieramos.

Apenas nos recostamos en la cama soltamos una risa que ninguno se aguantó.

—Ni siquiera me creo lo que a acabamos de hacer.

—Ni yo, nunca me había escapado así frente a mi padre.

—¿Qué haremos mañana? —lo miré atenta.

—Lo que quieras, tengo el día libre.

—Hablo sobre que le diremos a nuestros padres.

—Ahh, sobre eso, no lo sé, pero... por hoy hay que descansar ¿te parece?

—Está bien, descansa.

—Descansa.

A la mañana siguiente.

Desperté, miré hacia un lado y ahí estaba Derek, seguía dormido, me levanté de la cama y mire mi celular, tenía 50 mensajes y 10 llamadas perdidas de mi mamá y otras cuantas de un número desconocido, de inmediato desperté a Derek para preguntarle que hacer...

—Derek... ¡Derek!... Despierta... —dije moviendo su hombro.

—¿Ah? ¿Qué pasa? —despertó tallándose los ojos.

—Tengo más de 50 mensajes de mi mamá y no se que contestarle —hablé preocupada.

—Hey tranquila, dile que vamos para allá, no te preocupes —sobó suavemente mi hombro, lo que me transmitió seguridad.

De pronto alguien abre la puerta, haciendo que diera un brinco del susto.

—¡¿Qué tal?! ¡¿Cómo durmieron?!

¿En serio?, el tal Mace ¿debe gritar cada que habla?

—Bien —contestamos en un unísono.

—Me alegro —sonrió Mace.

—Ahora vuelvo —corté ese silencio incómodo y aproveché para ir al baño.

Narra Derek

—Ya dime quién es ella —rogó Mace.

—Es una amiga, ya te lo dije... —hablé intentando ocultar mi nerviosismo.

—Claro, de la noche a la mañana tienes una amiga que no conozco de nada y de repente la traes a dormir a mi casa en la madrugada ¿eso te parece algo de amigos? —dijo Mace con una ceja levantada.

—Está bien, tiene poco que la conozco pero tan pronto como lo hice me enteré que ahora nuestros padres supuestamente se aman y temo que tenga que ser su hermanastro.

—¡¿Hermanastro?!..

—¿De qué hablan? —de pronto Alice apareció.

Ambos nos miramos con sorpresa.

—Nada, solo, unas cosas de la escuela.

—Pero...

Interrumpí a Mace.

—Bueno gracias Mace por dejarnos dormir en tu casa pero tenemos que irnos.

—Emmm... ¿okey?...

Todos estaban confundidos, incluso yo lo estaba, pero ni siquiera yo sé lo que sucede en mi vida ahora, todo es tan... Complejo.

Nos despedimos de Mace y nos dirigimos lo antes posible a la casa de Alice. En realidad tenía miedo de llegar y encontrarme a su madre molesta por lo de ayer, así que nervioso le propuse ir a la playa, a tan solo 5 cuadras de nuestra ubicación.

—¿Alice?

—¿Si Derek?

—¿Quieres dar un paseo por la playa?... Hay que sentarnos en la arena y disfrutemos del paisaje.

—Estas bromeando ¿cierto?

Rasqué mi nuca.

—Derek, tenemos que llegar a mi casa, le prometí a mi madre que iríamos en este momento, no podemos escaparnos hoy también.

—Está bien —me resigné.

Nos acercamos a su casa y Alice tocó el timbre.

Tragué saliva de lo nervioso que estaba.


















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