Capítulo 5

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Mejillas rosadas


Antes de que pudiera pensar en algo, Lorene abrió la puerta y la abrazó.

—Ali, me tenías preocupada ¿dónde estabas!

En ese momento, ví la figura de mi padre acercarse lentamente a mí.

—Derek, ¿sabes la gravedad de lo que acabas de hacer? —dijo mi padre muy molesto.

Me rasqué la nuca desviando la mirada.

—Nos vamos —tomó mi brazo con fuerza— No te permitiré salir con Alice nunca más.

—¡¿Qué?! —gritamos Alice y yo en un unísono.

—Rob tiene razón fue muy arriesgado lo que acaban de hacer, será mejor que se distancien por el bien de ambos.

Narra Alice

Entré enfadada a mi casa, ¿cómo es posible que ella se de el lujo de salir con un lunático y a Derek considerarlo como una mala influencia?

Mi mamá me miraba muy enojada.

—¿En qué estabas pensando cuando escapaste de la casa?

—No puedes prohibirme ver a Derek.

—¡Ya lo hice!, No quiero que te vuelvas a escapar de esa manera, estuve tan preocupada por ti, y tú ni siquiera me pudiste contestar un solo mensaje. Hija no quiero que nadie te haga daño, y menos por parte de ese chico tan irresponsable.

—¿De qué hablas mamá? Aquí el único que podría hacerme daño es el loco de Rob, está loco ¡entiéndelo!

—Alice, tienes que respetar que él es mi pareja y de ahora en adelante lo tratarás como tal.

—Estás loca si piensas que algún día lo aceptaré como mi padre.

Me dí la vuelta y subí las escaleras hasta mi habitación.

—¡Alice! ¡Vuelve!

Cerré la puerta con seguro y me recargué en ella, las lágrimas resbalaban lentamente sobre mis mejillas. Me sentía tan mal de solo pensar que mi vida estaba a punto de irse al carajo.

¿Era necesario hacer todo tan difícil?

Pasaron las horas y mi estómago rugía, miré por los cajones de mi tocador encontrándome unas jeringas y al lado un paquete de galletas, supe que no me quedaría con hambre.

Mi Madre insistía de vez en cuando en que le acompañara en la cena pero ni siquiera tenía ganas de salir.

Me entretuve durmiendo y redecorando un poco mi habitación por el resto de la tarde, se llegó la noche, así que me preparé para dormir y cerré mis ojos...

Pequeños ruidos y susurros provenientes de la calle no dejaban que conciliara el sueño, aquello llamó mi atención, por lo que me levanté la cama y miré indecisa por el pequeño balcón de mi habitación... Un chico de aproximadamente 1.78 c.m. de altura intentado llamar mi atención, así es, era Derek.
Había escalado y subido hasta mi balcón, de inmediato abrí una de las puertas de cristal lo mas silencioso que pude y entró de un brinco.

Se quejó al caer en seco sobre el suelo.

—¿Estás bien? ¿Cómo subiste?

—Estoy bien, tranquila, en tu patio trasero hay una pequeña cerca, solo la escalé y justo al lado está tu balcón así que solo subí.

—Estás loco —dije sarcástica— ¿por qué viniste? mi mamá me prohibió salir contigo.

—Tu mamá no se va a enterar, y nadie más lo hará —sonrió.

—¿Y cómo estás tan seguro de eso? —me contagió su sonrisa.

—Porque... regresaras antes de que tu madre se dé cuenta.

—¿Regresar? ¿a dónde iremos? —pregunté confundida.

—Vamos a disfrutar de la playa... sentémonos en la arena... disfrutemos del paisaje...

Sin duda este tipo es muy soñador.

—Tiene que ser una broma, ¿cómo vamos a ir a la playa a estas horas?

—Tú solo sígueme.

Tomó mi mano y sentí que mi piel se heló de un momento a otro, probablemente hace frío.

—Entonces... ¿vienes? —sonrió tenue.

—Está bien...

❪Para este momento de la historia se recomienda escuchar el sonido de las olas del mar para una mayor experiencia.)

Seguí a Derek para bajar del balcón cuidadosamente y caminamos dirigiéndonos a la playa... llegamos y corrimos juntos hasta llegar a la orilla del mar, nos sentamos en la arena y miramos la hermosa vista azulada.

—Esto me recuerda a cuando mi padre me traía a surfear todos los fines de semana —dijo Derek ensimismado en las olas del mar.

—Pensé que odiabas a tu padre —dije mirándolo.

—En ese entonces era un buen hombre... me quería... era lo único que tenía en su vida así que me trataba de lo mejor.

Su voz se quebraba con cada palabra, era como un pequeño cachorro que fue abandonado al crecer.

—Yo te quiero Hall.

Acaricié su cabello haciendo que volteara a verme.

Nos miramos a los ojos por un par de segundos hasta que nuestra mirada bajó a nuestros labios, nos acercamos inconcientemente uno al otro y los labios apenas y rozaron cuando ya encontraba uno con el otro, podía sentir el amargo de sus labios por su tristeza... no está bien, necesita lo más importante que una persona necesita. Amor.

—Perdoname, fue algo apresurado ¿cierto? Lo siento much...

Intentó hablar apresurado con las mejillas enrojecidas hasta que lo interrumpí.

—Estoy bien, solo estoy... confundida —lo miré a los ojos y le dí la mano para que se levantara.

—Lamento que tuvieras que pasar por eso, en serio; mi situación es diferente, pero te entiendo.

Estaba prácticamente en shock, solo asintió a lo que dije mientras caminábamos a mi casa.

—No sabía que conocías mi apellido.

—Al pasó que van nuestros padres, tendré que soportar oirlo junto a mi nombre así que, mal sería no saberlo.

Ambos reímos algo apenados, al final de todo, no está mal reír de nuestros problemas.

Llegando a mi casa me ayudó a subir por el balcón.

—Nos vemos mañana, misma hora.

Asentí con una sonrisa cerrando el balcón, por un momento sentí la emoción de mañana.

A la mañana siguiente.

Narra Derek Hall

Desperté casi a medio día, aún tenía sueño luego de dormir tarde la noche anterior, lo primero que pensé fue en enviarle un mensaje a Ali pero recordé que mi padre borró su número de mis contactos, así que no me quedó más que subir algunas historias a mi IG y contestar unos cuantos mensajes del mismo...













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