Capítulo 7

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"Problema resuelto"

∆ Advertencia contenido explícito. ∆

—Es verdad, odio que mi madre haga todo con sorpresas..., mínimo hay que pasarla bien ¿No crees?

—Bien.

Dejó caer la patineta que tenía en la mano y me miró pícaro.

—Ni lo pienses, no voy a subirme.

—Ah, vamos, súbete —insistió.

Negué con la cabeza e importantandole poco me subió a ella, inconscientemente lo tomé de mano y cerré los ojos.

—¡Bájame! —me quejé.

—Está bien.

Detuvo la patineta y me bajé rápidamente; luego, él tomó el control.

—No pasa nada, ¿lo ves?... Inténtalo.

—No insistas —giré mis ojos y el rió.

—Vamos, solo inténtalo.

—Agh, está bien.

Me subí nuevamente, aterrada tomé su mano y comencé a darle, de un momento a otro la patineta comenzó a ir demasiado rápido haciendo que ambos cayeramos torpemente.

—¡Ah! —me quejé del dolor.

—¿Estás bien? —se levantó preocupado.

—Sí, estoy bien, solo me raspé un poco.

—¿Segura que estás bien? Porque te están sangrando las manos.

—Sí sí, estoy bien, no voy a morir —dije sarcástica.

—Eso esperemos —dijo levantándome del piso.

El dolor sí que era punzante y molesto, pero preferí ignorarlo lo más que pude.

Llegó la hora de la comida y ambas familias fuimos a un pequeño restaurante que estaba cerca de la orilla de la playa, comimos ensalada y hamburguesas para luego entrar al mar, al principio no sabíamos que hacer hasta que yo le comencé a aventar agua en la cara, lo único que provoqué fue que comenzara perseguirme, para su desfortuna es lento para nadar así que me alcanzó hasta que me cansé, en realidad me divierto con este chico.

—¿Cómo es que nadas tan rápido? —Derek estaba dando casi el último aliento.

—No nado rápido, es solo que tú nadas muy lento —dije riendo.

—¿Sabes que en un instante puedo alcanzarte con mi tabla verdad? —habló con una sonrisa victoriosa.

—¿Ah sí? Al menos yo no dependo de una tabla de surf para nadar.

—No se necesita una tabla para nadar... Se necesita para surfear, lo cual es mucho más divertido que simplemente mover las manitas en contra de la corriente, puedes hacer trucos y cosas que nadando no.

—Dígame señor experto... ¿Cómo qué clase de trucos? —lo miré retadora.

—¡Chicos!... ¡Nos vamos! —llamó nuestra atención mi mamá.

—¡Vamos! —avisamos mientras salíamos del mar.

—Estoy llena de arena —intenté sacudir mi ropa.

—Yo igual —me imitó.

—Deberíamos hacer esto mas seguido.

—¿Quieres que vuelva a empaparte la cara con agua de mar? —me reí sarcástica.

𝐒𝐡𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora