Ryujin es una humana tímida, torpe y algo insegura. Jisoo es una vampira descarada, pervertida y sarcástica, y ambas tienen que convivir a diario.
Claro, solo que Ryujin no sabe que su compañera de cuarto la quiere comer entera.
˚✧ Jinlia.
˚✧ Comed...
—Ryu, tenemos que hablar.—Ese día, Jisoo lo había decidido. Le iba a contar la verdad a Ryujin para decidir la absoluta decisión.
Habían pasado cinco meses juntas, y Jisoo estaba segurísima de la suya. Realmente quería pasar toda la eternidad con la menor, pero no sabía la de Ryujin. Esperó que la menor fuera a la sala, y tomó sus manos.
—¿Pasa algo?
—Tengo que contarte algo.—Ambas se tensaron.—¿Recuerdas las bromas que te decía hace meses?
—Ah, sí, la estupidez esa de que eres una vampira.—Ríe, y se acerca a besarla.—¿Quieres ver Drácula? Bla, bla, bla.—Con sus dedos fingió colmillos, pero al no ver la risa de su menor, preguntó:—¿Pa-pasa algo?
—En realidad, Ryujin, soy una vampira.
—¿Hay una cámara aquí, amor?—Buscó en la sala, riendo nerviosa, y después volteó a ver a una agotada pelinegra.
—Es verdad, soy una vampira, nací en el 320, tengo 1700 años.—Le mostró las fotos viejas.—Choi Jichu Pancracia Lee soy yo, mi abuela soy yo, siempre he sido yo, he vivido por 1700 años, créeme, por favor.—La miró, buscando algún rastro de mentira en sus ojos, pero luego rio.
—Sí, qué risa, Soo, ya di la verdad.—Sujetó sus manos, y volvió a ver sus ojos.—Jisoo.—No encontró otro rastro de mentira, y suspiró.—Entonces, resulta que eres una vampira, tienes 1700 años...
—Cada semana tengo que beber sangre para mantenerme con vida...
—Conviertes a alguien en tu esclavo por semanas, tienes hambre de sangre.—Rio seca.—¿Qué falta, que siempre quisiste beber la mía?
—Quiero agregar un detalle, Ryu...—Y esa fue la palabra que alteró a la menor.
—Dame una prueba de que es real.—Su mandíbula se tensó, y Jisoo le mostró sus dientes afilados.—Si me diste un acta de nacimiento, enséñame las otras que has usado.
Jisoo torció sus ojos y caminó hasta su cuarto, abrió el techo, abrió una caja fuerte, sacando más de 20 hojas. Se las mostró a la menor.
1900, 1980, variando. Arrugó su ceño.
—¿Ahora sí me crees?
—Dame unos días.
—Ryu, ¿me crees?
—Dame unos días, Jisoo, iré con Chaeryeong en esos días.—Hizo una mueca.—Mordiste a Chaeryeong.—Cerró sus ojos en frustración.—Iré con mi mamá, necesito unos días, Jisoo, necesito unos días para esto.
Y caminó a su cuarto, bajó una maleta, y se acercó a la mayor para besar su frente y luego besar sus labios.
—No pasa nada, sólo necesito pensar, pero entre nosotras dos está todo bien, ¿sí?—Y otro beso para irse de su pequeño departamento.
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