Ep. II - Parte 2

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⠀⠀La Casa de los Picos sobresalía en las afueras de la ciudad, a primera vista, como formaciones gigantescas de piedras rojas que apuntaban al cielo

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⠀⠀La Casa de los Picos sobresalía en las afueras de la ciudad, a primera vista, como formaciones gigantescas de piedras rojas que apuntaban al cielo. Alvor se pasó la lengua por los labios, comenzando a sentirse un tanto mareado, y guió a Kestrel hasta el montículo más grande. Allí, una escalinata de formación natural conducía a una puerta de madera, protegida en el subsuelo del despiadado sol. Alvor soltó el brazo de Kestrel y golpeó la puerta dos veces. Una pequeña compuerta se abrió entonces, dejando a la vista un par de luminosos ojos verdes, cubiertos por pestañas largas y párpados pesados por la somnolencia.

━Llaves ━exigió una voz aguda en zartel.

━Por favor, Galatri, ¿no me recuerdas? Llegué aquí ayer ━dijo Alvor, su sonrisa atenuada por el cansancio.

━Llaves ━insistió ella, renuente a que le importara recordarlo o no━. Ese duerme aquí, paga más ━agregó, mirando de reojo al andrajoso pelirrojo. Kestrel quiso torcer su expresión con una mueca de disgusto, pero se abstuvo.

━Por supuesto, linda, pero tengo mi dinero adentro. ━Alvor apoyó ambas manos en la madera, notablemente vieja, pero eficiente en resguardar el lugar. Ante su mejor cara de súplica, Galatri bostezó largamente.

━Paga doble o viene Onkaar ━decretó, a su voz le siguieron unos tintineos metálicos que parecían inacabables y, por fin, la pesada puerta se desplazó, emitiendo un chirrido agónico.

⠀⠀Alvor y Kestrel encararon entonces a Galatri, que no era ni más ni menos que una niña, quizá cercana a la adolescencia. La pureza del brillo esmeralda en sus ojos contrastaba con el resto de su apariencia, con la suciedad que agobiaba tanto su ropaje como su piel. Ella alcanzó una llave de un hueco entre los muchos que ostentaban las paredes y se lo lanzó a Kestrel, cuyo rostro, por la falta de reacción, fue azotado por el latón.

━¡Idiota! ━exclamó entonces, seguido de escandalosas risas. Kestrel apenas parpadeó.

━Malos reflejos ━justificó Alvor y rió con ella, agachándose para recoger la llave de entre la arena.

━Esos ojos ━dijo Galatri de pronto, dando un par de pasos cautelosos en dirección a Kestrel, quien aspiró profundamente e inclinó, en la medida de lo posible, su cuerpo hacia atrás; no obstante, contrario a su apariencia, Kestrel inhaló un suave aroma a canela cuando Galatri se acercó a inspeccionar, con fascinación, el iris reluciente que poseía en ambos orbes, recordándole a un par de diamantes pequeños empapados en sangre━. Para mí.

━Se nos acabó el pigmento de ojos ━replicó Alvor, deslizándose al lado de Kestrel para sujetarle el brazo y apartarlo de ella.

━Llamo Onkaar ━rezongó ella, cruzándose de brazos.

━Iremos a la ciudad y volveremos aquí, entonces te traeré este mismo pigmento, más bien, ¡será uno mucho mejor!

⠀⠀Galatri asintió, pero su mohín no se esfumó fácilmente. Les indicó después que la siguieran y se encaminó hacia una de las aberturas que funcionaban como pasillos. En todo el establecimiento subterráneo, la iluminación era igual de pobre, con unas pocas lámparas de keroseno que reñían con la densa oscuridad, puertas de formas y texturas desiguales aparecían a medida que caminaban, con números pintarrajeados en color rojo y candados oxidados, chispeantes a causa de encantamientos menores. Un hedor extraño, semejante al que podrían despedir retazos de carne muerta, sumada la humedad, cobraba vigor con cada paso.

Prisioneros de las Rosas #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora