Ep. VII - Parte 2

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⠀⠀Esquirla de plata, inerte como era propio de un objeto inanimado, no emitía un solo destello cuando Alvor la balanceaba de un lado a otro

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⠀⠀Esquirla de plata, inerte como era propio de un objeto inanimado, no emitía un solo destello cuando Alvor la balanceaba de un lado a otro. El castaño suspiró con tristeza, siguió jugando con el arma como si fuese un palo de madera con el que se entretiene un perro y luego se decidió a envainarla.

⠀⠀En otro rincón del pozo, el príncipe se abrazaba el vientre, ensimismado en un procedimiento interno donde buscaba accionar las piezas que harían a su piel y carne regenerarse como era debido. Nunca se había visto con tal problema, culpó a la magia de Esquirla inicialmente, pero ya que estaba libre de ella, todavía sufría de la condición de moribundo. Alvor le echaba miradas de vez en cuando, con una pequeña sonrisa con la que Kestrel evitaba encontrarse para mantener limitada su propia rabia. Incluso se había planteado quitarse los vendajes de los pacificadores para hurgar de forma directa en sus heridas y ver qué estaba mal con él, pero el dolor sería una molestia.

━Se están tomando su tiempo ━murmuró Alvor mientras se dejaba caer a un lado del pelirrojo en el suelo. Kestrel le observó inhalar y exhalar con lentitud, en un intento de examinar el ambiente━. ¿Intentarás huir, Alteza? ━preguntó el castaño, su tono casual, como si la cuestión no le generase preocupación y solo buscara conversar.

⠀⠀Kestrel alzó la cabeza para mirarlo fijamente, curioso sobre lo que rondaba en su cabeza, si acaso se creía tan hábil como para someterlo sin su artefacto mágico. Parecía saber mucho sobre él, sobre la estirpe a la que pertenecía, pero, al mismo tiempo, la forma en que actuaba tan indiferente respecto a la naturaleza de su rehén era, cuanto menos, alarmante. Kestrel no quería confiarse, pero sus deseos de alejarse de un individuo de tan extrañas características y actitudes podría superar su miedo a ser rastreado desde Tylka en algún momento. Solo tenía que dejar que fluyera su auténtica sangre; se preguntó si Alvor lo comprendía en realidad.

━Diga lo que diga, ¿deberías creerme?

⠀⠀Un crujido en la parte superior del pozo movilizó al rodekí. Kestrel se mantuvo en su sitio y decidió que, sea lo que fuere, se mantendría al margen. Les llegaron murmullos distorsionados de un lejano grupo de personas. Alvor sujetó el mango de su espada, pero se mantuvo quieto y, según su postura, relajado. Pasados unos instantes, una figura emergió desde la oscuridad, desde arriba, y sus pies golpearon el suelo con una firmeza y equilibrios inhumanos. A un par de metros de distancia, vislumbraron a una mujer morena, tan alta como Alvor y con una alabarda en su mano derecha que lo igualaba también. Cada músculo de su cuerpo estaba rígido por la tensión y en su mirada dorada resplandecía una furia atroz.

━¡Muy buenos días! ━exclamó Alvor en zartel, con entusiasmo. Se inclinó ligeramente, acto que tomó por sorpresa tanto a la recién llegada como al príncipe que observaba la escena━. Disculpe esta abrupta intromisión a su refugio-

━¿Quién eres? ━rugió ella, en el mismo idioma extranjero, ubicando la alabarda a un costado de su cuerpo, dispuesta a atacar con el primer paso en falso que diese su rival. Alvor le sonrió, sin la menor alteración, pese a que las intenciones de la saterí estaban claras. Con certeza ya estaba informada de lo sucedido en el callejón.

Prisioneros de las Rosas #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora