Ep. VIII - Parte 1

108 34 57
                                    

⠀⠀Los ojos dorados de Darsa escudriñaron todos los utensilios de curación que había en la caja, sobre una pequeña mesa, una y otra vez

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

⠀⠀Los ojos dorados de Darsa escudriñaron todos los utensilios de curación que había en la caja, sobre una pequeña mesa, una y otra vez. Si bien se hallaba de pie frente a Kestrel y estaba atento a las indicaciones de Aulya, evadió en todo momento observar al pelirrojo, por vergüenza quizá. La mujer, sentada a su lado, estaba concentrada en limpiar las heridas visibles que tuviese el príncipe, por más que fuesen raspones. Su delicadeza contrastaba con la hostilidad con la que se había presentado hacía un par de horas.

⠀⠀Kestrel había perdido mucha sangre, o algo similar a ella pero de color negro y con una textura más espesa. Aulya relacionó el proceso con alguna especie de purga, puesto que mientras él formaba charcos oscuros en el piso con lo que brotaba de su boca y el tajo en su cuello, el resto de sus heridas comenzaron a sanar. Aulya nunca había visto algo así, pero fue la peculiaridad de ese hombre lo que, por alguna razón, la hizo reconsiderar todo el panorama.

⠀⠀Luego de tranquilizar a Isani, la convenció de que podían darle una oportunidad al extranjero, así como escuchar la petición que tuviese en mente, y pese a que creyó que Alvor se enfurecería por lo que había sucedido, él se mostró flexible y Kestrel tampoco dijo nada, aun cuando el incidente lo había perjudicado de forma directa. El príncipe sentía algo de preocupación respecto a la actitud de Aulya, pero tenía sus dudas sobre lo que sabía o, en todo caso, lo que creía saber tras lo que había visto. Por si acaso, guardó silencio.

⠀⠀Con unas vendas gastadas pero limpias, Aulya le cubrió la herida del flechazo, la cual ya estaba sanando por su cuenta, pero seguía estando expuesta y no estaba claro cuánto tardaría en cerrarse. Kestrel no tenía forma de saberlo, así que agradeció internamente no estar recibiendo preguntas sobre ello. Suficiente tuvo con la expresión extraña de Aulya mientras lo atendía, además de la mezcla desconcertante entre recelo y compasión que se reflejaba en su mirada esmeralda. Era evidente que su cerebro estaba trabajando, uniendo puntos y armando teorías.

⠀⠀¿Sería tan gentil con un príncipe extranjero? Kestrel temió que su respiración delatara su nerviosismo, además de la tensión estaba aferrada a sus músculos; mantuvo su vista lejos de ella con la creencia absurda de que Aulya podría extraerle lo que quisiera si le miraba a los ojos. Recordó algo en ese momento, algo que le hizo apretar los dientes: no tenía idea de por cuánto tiempo sus ojos seguirían con el color falso. ¿Y si el encantamiento ya había perdido efecto?

⠀⠀Aulya se incorporó, por lo que el pelirrojo se dio cuenta recién de que había terminado. Ella le hizo un gesto a Darsa para que se largara y el chico vaciló en un principio, como si quisiera decir algo antes, pero salió corriendo antes de eso, con la caja de Aulya en las manos.

━Él lo siente ━dijo la luxiana, apoyada contra el pilar de una tarima que tenían cerca. Apenas entraron al refugio, Kestrel notó que tenían muchas de aquellas construcciones. En respuesta a sus palabras, se limitó a asentir. El enfado no era una de las emociones que lo embargaban. No hacia un niño que no tenía idea de lo que hacía, al menos.

Prisioneros de las Rosas #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora