Capítulo 10: Frente la pelea [Parte IV]: Hermanos de diferente sangre.

6 3 0
                                    

Historia de Vanessa:

—Hace mucho frío... Y tengo mucha hambre... —Una niña sollozaba entre susurros mientras se envolvía en una sudadera demasiado grande para su cuerpo. Caminaba entre los escombros, observando las casas destruidas y la gente desamparada. No era la única niña que había perdido a sus padres en la guerra esa noche. El frío era intenso y, mientras miraba el castillo en ruinas a lo lejos, se preguntaba a dónde iría.

Por más que anhelara volver a casa, solo encontraba montones de escombros donde antes había un hogar. Sus padres yacían muertos bajo ellos. A medida que caminaba, el miedo crecía. La noche caía y con ella los sonidos de angustia se intensificaban. Veía a sus padres, ahora fuera de los escombros, solo para darse cuenta de que ya no estaban. Se sentía abrumada por la tristeza, llorando sin consuelo y sin saber qué hacer.

Al día siguiente, los caballeros enemigos seguían buscando. A las madres les arrebataban a sus hijos para inspeccionarlos, incluso a los recién nacidos los arrancaban de los brazos de sus madres de manera brusca.

—¡Tenemos que buscar mejor! ¡Debe ser un niño!. —Gritó un caballero.

—¡También en las niñas!, ¡También podría ser!, Quizás nos engañaron. ¡Vuelvan a buscar!. —Ordenó otro, mientras los caballeros continuaban retirando a los hijos de esas inocentes mujeres con rudeza.

Vanessa se ocultó en un rincón mientras le tapaban la boca y era arrastrada lejos de ese lugar. La llevaron a una biblioteca abandonada, con libros quemados esparcidos por el suelo.

—¿Qué está pasando aquí?. —Preguntó, cubriéndose con más cuidado. —¿Quiénes son ustedes?

Uno de los hombres se quitó la bufanda de la boca para silenciarla con el dedo índice. —Shh. —La calló antes de apartarse un poco para continuar. —Somos los caballeros del Reino del Fénix, escapamos del Reino León. Pero parece que llegamos tarde.

—¿Tarde? ¿Qué quieres decir?. —Vanessa estaba totalmente confundida.

—Solo una maldita profecía de una bruja. "Un hombre en llamas vengará al hombre impecable", eso es lo que dice. —Uno de los hombres comentó.

—Si existe el Reino Dragón... ¿Por qué atacaron solo nuestro reino?. —Vanessa aún tenía sus dudas.

—El rey se sacrificó. Envió la carta anoche cuando los atacaron... —Se interrumpió cuando se escucharon unos libros caer en la biblioteca. —¡Mierda! Mírame. —El hombre de cabello castaño sonrió mientras tomaba los hombros de la pequeña. —Tendrás que huir lejos de aquí... Ve al norte, está la salida del reino. Escapa...

Los vidrios de las ventanas de la biblioteca fueron destrozados, comenzando una guerra entre los presentes. Cuando uno de los caballeros enemigos intentó tomar a la niña, otro hombre lo detuvo rápidamente y la ayudó a escapar. Aunque quería regresar, el lugar estaba en ruinas, así que respiró profundamente y siguió la dirección que le habían indicado.

—No estoy segura, pero... tal vez encuentre algún lugar seguro. —Susurró mientras se encogía de hombros, llena de miedo.

Un anciano, sosteniendo a un bebé en sus brazos, se detuvo frente a ella y la tomó del hombro al ver que estaba a punto de llorar. —¿Estás bien?

—No. Todo se fue... —Comenzó a decir, pero el anciano la interrumpió.

—No. —Le detuvo en cada palabra que la niña iba a decir. —Nunca es tarde para empezar de nuevo.

—¿Pero por dónde empiezo yo? Perdí a todos. —La niña comenzó a llorar, tratando de contenerse, con la mirada baja.

El anciano puso su mano en el hombro de la niña cuando vio que ella bajó la mirada y se arrodilló. Mientras unos caballeros pasaban cerca, entraron en la casa totalmente destruida y sin techo, dejándolos solos para hablar.

Stray Kids II: LimitlessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora