𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 14

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Los carruajes atravesaron las verjas flanqueadas por estatuas de cerdos alados y luego avanzaron por el ancho camino, balanceándose peligrosamente bajo lo que empezaba a convertirse en un temporal.

Pegando la cara a la ventanilla, Melania podía ver cada vez más próximo el castillo de Hogwarts, con sus numerosos ventanales iluminados reluciendo borrosamente tras la cortina de lluvia. Los rayos cruzaban el cielo cuando su carruaje se detuvo ante la gran puerta principal de roble, que se alzaba al final de una breve escalinata de piedra. Los que ocupaban los carruajes de delante corrían ya subiendo los escalones para entrar en el castillo. 

También Harry, Melania con Dedos sobre su hombro, Ron, Hermione y Neville saltaron del carruaje y subieron la escalinata a toda prisa, y sólo levantaron la vista cuando se hallaron a cubierto en el interior del cavernoso vestíbulo alumbrado con antorchas y ante la majestuosa escalinata de mármol.

-¡Caray! -exclamó Ron, sacudiendo la cabeza y poniéndolo todo perdido de agua-. Si esto sigue así, va a terminar desbordándose el lago. Estoy empapado... ¡Ay!

Un globo grande y rojo lleno de agua acababa de estallarle en la cabeza. Empapado y farfullando de indignación, Ron se tambaleó y cayó contra Harry, al mismo tiempo que un segundo globo lleno de agua caía... rozando a Hermione. 

-Ni siquiera lo pienses- dijo Melania levantando la mirada para ver  flotando a seis o siete metros por encima de ellos, a Peeves el poltergeist.

-Nomas porque me caes bien no te mojare- dijo Peeves -, sobre todo porque le tengo miedo de tu Caja de Pandora- temblando ya que sabe que no es inmune a esa caja.

-¿Caja de Pandora?- pregunto Neville confundido.

-No la menciones- dijo Hermione temblando de solo recordar por lo que le paso el primer año con esa caja.

-¡PEEVES! -gritó una voz irritada-. ¡Peeves, baja aquí AHORA MISMO!

Acababa de entrar apresuradamente desde el Gran Comedor la profesora McGonagall. Resbaló en el suelo mojado y para no caerse tuvo que agarrarse al cuello de Hermione.

"Eso estuvo cerca" desde el hombro de Melania.

-¡Ay! Perdón, señorita Granger.

-¡No se preocupe, profesora! -dijo Hermione jadeando y frotándose la garganta.

-¡Peeves, baja aquí AHORA! -bramó la profesora McGonagall.

-¡No estoy haciendo nada! -contestó Peeves entre risas, arrojando un nuevo globo lleno de agua a varias chicas de quinto, que gritaron y corrieron hacia el Gran Comedor-. ¿No estaban ya mojadas? ¡Esto son unos chorritos! ¡Ja, ja, ja! -Y dirigió otro globo hacia Maya, Neela y a un grupo de segundo curso que acababa de llegar.

-¡PEEVES!- grito Maya molesta.

-¡Llamaré al director! -gritó la profesora McGonagall-. Te lo advierto, Peeves...

Peeves le sacó la lengua, tiró al aire los últimos globos y salió zumbando escaleras arriba, riéndose como loco.

-¡Bueno, vamos! -ordenó bruscamente la profesora McGonagall a la empapada multitud-. ¡Vamos, al Gran Comedor!

Harry, Melania, Dedos, Ron y Hermione cruzaron el vestíbulo entre resbalones y atravesaron la puerta doble de la derecha. Ron murmuraba entre dientes y se apartaba el pelo empapado de la cara.

El Gran Comedor, decorado para el banquete de comienzo de curso, tenía un aspecto tan espléndido como de costumbre, y el ambiente era mucho más cálido que en el vestíbulo. Los cuatro pasaron por delante de los estudiantes de Slytherin, de Ravenclaw y de Hufflepuff, y se sentaron con los demás de la casa de Gryffindor al otro lado del Gran Comedor, junto a Nick Casi Decapitado, el fantasma de Gryffindor. 

𝐌𝐞𝐥𝐚𝐧𝐢𝐚 y el Cáliz de FuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora