𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 49

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Melania abrió los ojos, sintió un ligero, y encantador, dolor en su brazo, volteo y vio su brazo vendado, con todo lo que paso olvido que Voldemort la ataco con un cuchillo. Mira su alrededor, por lo oscuro que esta la habitación se dio cuenta de que aun era de noche, por lo que no durmió mucho.

Siente un ligero peso en su otro brazo, voltea y ve a Pubert durmiendo a su lado, ella sonríe y junta su nariz en la de él.

-Madre lo puso ahí cuando se quedo dormido- se escucho la voz de Merlina.

Melania levanta la mirada y la mira sentada a lado.

-Mer-Merlina- susurro Melania con un poco de dificultad. Merlina pone su mano en su frente y la acaricia con delicadeza- ¿Nuestros padres?, ¿Pericles, Dedos y el tío Lucas?

-Están al otro lado de biombo con Maya, ella y Neela se enteraron de que Harry y tu están aqui y quisieron saber como están.

Melania asiente levemente.

-¿Y Harry?

-Duerme en la cama de alado- respondió-. Es cierto lo que dijo Harry, ¿Voldemort volvió?- pregunto. Melania asiente- ¿El te hizo ese corte en el brazo- su hermana vuelve a asentir-. Por lo que te hizo firmo su sentencia de muerte- dijo con odio.

-No Merlina- dijo Melania rápidamente-, yo no pude contra él, dudo que tu puedas.

-El no me conoce.

-Ni tu a él.

-Eh escuchado historias

-Una cosas son historias y otra como es realmente

Merlina iba a decir algo pero se escucharon voces que provenían fuera de la enfermería.

-¡Van a despertarlo si no se callan!- se escucho una voz desde los pasillos

-¿Por qué gritan así? No habrá ocurrido nada más, ¿no?

Sin que nadie se diese cuenta Harry abrió perezosamente los ojos.

-Es la voz de Fudge -susurro la señora Weasley-. Y ésa es la de Minerva McGonagall, ¿verdad? Pero ¿por qué discuten?

Melania también los oía: gente que gritaba y corría hacia la enfermería.

-Ya sé que es lamentable, pero da igual, Minerva -decía Cornelius Fudge en voz alta.

-¡No debería haberlo metido en el castillo! -gritó la profesora McGonagall-. Cuando se entere Dumbledore...

Melania oyó abrirse de golpe las puertas de la enfermería. Sin que nadie se diera cuenta, porque todos miraban hacia la puerta mientras Bill y Melania retiraban el biombo, Harry se sentó y se puso las gafas.

-¿Harry?- Melania se sienta. No esperaba de que despertara.

Fudge entró en la sala con paso decidido. Detrás de él iban Draven, Mobius, Snape y la profesora McGonagall.

-¿Dónde está Dumbledore? -le preguntó Fudge a la señora Weasley.

-Aquí no -respondió ella, enfadada-. Esto es una enfermería, señor ministro. ¿No cree que sería mejor...?

Pero la puerta se abrió y entró Dumbledore en la sala.

-¿Qué ha ocurrido? -inquirió bruscamente, pasando la vista de Fudge a la profesora McGonagall-. ¿Por qué están molestando a los enfermos?. Minerva, Draven, me sorprende que ustedes... Les pedí que vigilaran a Barty Crouch...

-¡Ya no necesita que lo vigile nadie, Dumbledore! -gritó ella-. ¡Gracias al ministro!

Melania no había visto nunca a la profesora McGonagall tan fuera de sí: tenía las mejillas coloradas, los puños apretados y temblaba de furia.

𝐌𝐞𝐥𝐚𝐧𝐢𝐚 y el Cáliz de FuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora