Ya habían pasado tres años desde que me diagnosticaron leucemia, habían pasado tres años desde que dije adiós a mi antigua yo, habían pasado tres años desde que mi mejor amiga y yo nos habíamos separado.
Mi cabello se caía lentamente, casi no se notaba porque mi doctora me dijo que las sesiones de quimioterapia iban a ser pocas por ahora, pero mas tarde aumentarían.
Hace algunos años pelee con Marian porque ella creía que yo ya no era la misma, que había cambiado tanto que era irreconocible y yo como soy la reina de las idiotas le dije que si no le gustaba como era, que se fuera a la mierda. Un grave error.
La verdad es que ahora estoy sola, mi única compañía es el profesor Ricardo que se hizo muy amigo de mi y de mi familia. Se me había olvidado contarles que tenia un hermano menor y curiosamente el profe Ricardo es su profesor de matemática. En teoría el es mi compañía en el colegio y a veces fuera de él.
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Era un Martes y estaba yendo al colegio. Me sentía mas animada de lo normal porque me iba a juntar con Ricardo por la tarde.
Entre al salón, tenía un gorrito puesto ya que mi cabello era menos y tenía miedo que alguien se fijara. Me senté en mi mesa y empecé a leer. Sentí que alguien me observaba, no le di mucha importancia porque ya estaba acostumbrada a que me miraran, pero las miradas se transformaron en comentarios insultantes. Levanté la vista y vi al grupo de chicos populares que siempre me molestan.
Está vez sus comentarios eran; -cuidado que la calva no nos contagie -, - tal vez por eso te dejó tu amiga, para que no se le contagiara la nerditis- , -No se acerquen, la nerd nos va a contagiar ébola-
Por alguna extraña razón esos comentarios le causaban risa a otras personas. Yo simplemente tosí exageradamente en dirección a ellos y continué mi lectura. Un rato después la campana sonó y nos arreglamos para la clase de Ciencias. La verdad, me gusta Ciencias, al estar en esa clase puedo sentir la energía que transmiten los seres humanos y entiendo todas las tonterías que nuestra profesora nos dice. Empezó la clase y estábamos hablando de los átomos, aunque nadie nunca los a visto, sabemos que están ahí, solo porque un científico loco se le ocurrió pensar más a fondo y eso amigos míos es lo que me apasiona tanto de la ciencia, que el libro puede ser reescrito cada vez que una nueva teoría salga.Estábamos copiando unas cosas de la pizarra eran las 9:30Am. Me empecé a sentir mareada, despues extremadamente cansada como si ubiera corrido una maratón y algunas gotas de sudor bajaron por mis mejillas, me empezó a doler mucho la cabeza. Me giré para tomar unos medicamentos de mi mochila pero un chico me vio y sus ojos se abrieron como platos. Rápidamente se paró de su asiento y se agachó para estar a mi altura, puso su mano en mi frente y me dijo que estaba muy pálida y ardiendo de fiebre, después llamó a la profesora que me llevó a la enfermería y de la enfermería me trasladaron al hospital.
Estaba en la típica habitación del hospital, fría, blanca, silenciosa. Me encontraba acostada en la cama, una fría aguja conectaba una bolsa de suero que me atravesaba la piel. Mi madre me había visitado un par de veces porque estaba ocupada con el trabajo y mi padre estaba en otro país. La puerta de la habitación se abrió lentamente y el profesor Ricardo apareció detrás de ella con un ramo de rosas rojas.
-May! Que alegría que estés mejor, cuando escuché lo que te había pasado, fui directamente al hospital!- Ricardo se sentó en un sillón que quedaba junto mi cama.
Estuvimos hablando de estupideces un rato hasta que el tomó mi mano y entrelazo mis dedos con los suyos. Delicadamente besó mi mano y se acercó a mi rostro, podía sentir su respiración algo agitada y en un movimiento rápido besó mis labios. Se separo, tal vez para ver como yo respondía, sin pensarlo dos veces lo tomé del cabello y lo besé. Estuvimos así un rato, al separarnos me dijo que se iba porque tenía que dar clases.
-Me gustaba mi profesor. Nunca lo había pensado, el me producía sensaciones que nunca había experimentado antes. Claro, en edades él era 10 años mayor que yo, pero en ese preciso instante nada más me importaba. Solo quería estar con él.
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La Verdad Detrás De La Felicidad
RomanceUna chica perdida y desalentada por su enfermedad, leucemia. Para ella nunca fue fácil aceptarlo y menos con un grupo de personas molestandola e insultándola. Un día un misterioso chico llega y le enseña lo que es vivir.