Capítulo 6. Por qué?!

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El desesperante sonido de la alarma de mi celular me despertó. Ese sonido lo voy a recordar y odiar por el resto de mi vida.
Me levanté vagamente y me arreglé para el colegio.

••••••••••••••••••

Estaba en el bus escuchando música, mi cabeza estaba apoyada en la fría ventana. Miraba el paisaje que pasaba rápidamente frente a mis ojos.El bus se detuvo a recorger a alguien. Un chico bastante guapo entró, su sonrisa iluminaba el lugar.

El chico caminaba hacía mí, por alguna razón me puse algo nerviosa. Que rayos, ESTABA ATERRADA! No entendía porque me sentía de esa manera.
Yo ya había dejado de ser una chica torpe y enamoradiza, pero ese chico era tan lindo y esos ojos de color café capaces de derretir cualquier cosa (que cursi Dios mío).

-Disculpa me puedo sentar aquí-
Me quede helada, sin palabras.
-S..si, claro- Fue lo único que logró salir de mi garganta.

Me estaba acomodando para seguir admirando el paisaje, pero el chico x me habló:

-Qué escuchas?-me dijo con esa hermosa sonrisa.
-Beethoven-
-Te gusta la música clásica?- me preguntó con curiosidad.
-Bueno, me gusta tocar piano y creo que una de las mejores formas de aprender es escuchando a los grandes artistas que dejan su marca en sus grandes obras-
Él se quedó mirándome un rato, como admirandome, un silencio incómodo recorría el ambiente.
Decidí romper el silencio
-Y tú tocas algún instrumento?- me volteé para ver esos peligrosos ojos color café.
-Me gusta tocar la guitarra- sus ojos se posaron en los míos así que baje la mirada rápidamente.
-En serio?! Me podrías enseñar- dije bromeando.
-Claro! Dime el día y la hora y yo te enseño- pude ver en sus ojos un brillo. Ya había visto ese brillo antes, cuando a mi hermano le traían dulces sus ojos brillaban de la emoción.
Ese brillo lo estaba viendo pero en este chico.
-Lo decía en broma- una pequeña sonrisa se dibujo en mi rostro.
-Bueno, pues yo lo digo en serio-

El bus se detuvo.
Los dos nos levantamos para bajarnos.

-Casi se me olvida, me llamó Matthew pero me puedes decir Matt- una sonrisa se había apoderado de su cara.
-Yo me llamó Maya pero mis amigos me dicen May-
-Bueno May, me tengo que ir a clase-
-Hasta luego Matt-
Me bajé del bus y me di cuenta que una sonrisa boba se asomaba en mi rostro.
-Que estúpida- pensé, y rápidamente la borré.

••••••••••••••••••

Me acercaba a mi salón de clase, me dispuse a abrir a puerta pero estaba cerrada.
-Que raro- Intenté abrirla de nuevo pero estaba bloqueada.
Me asome en la ventanita que estaba en la puerta y logre avistar un cartel que decía:

En esta sala de clase no se aceptan zorras que se acuestan con los profesores.

Me quede tiesa, un sentimiento de angustia comprimía mi pecho. No puedo describir lo mal que me sentía en ese preciso instante.

Un balde de agua fría impactó mi cuerpo. Miré hacia arriba y vi a unos chicos riéndose, no entendía nada, baje la mirada y me encontre con esos ojos.
Los ojos de Matthew.

Lo único coherente que se me ocurrió fue ir al baño corriendo.
Me encerré en el sanitario y vomité, vaya que vomité! Estuve como 20 minutos vomitando sin parar.

Una voz apareció en el desfile de el vómito (baño).
Era la voz de Marian que me llamaba.
Marian, todo era su culpa, nada de esto hubiera pasado si no le hubiera contado lo de Ricardo.
La odiaba, me odiaba, odiaba a todo el mundo!

Algo tenía que cambiar porque si esta mala suerte seguía así, moriría mucho antes de lo esperado jaja.

La Verdad Detrás De La FelicidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora