La Emperatriz Tirana Está Obsesionada Conmigo

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Capítulo 8: Qué he hecho

"Creo que me estoy muriendo".

Sushia, escupiendo sangre negra y viscosa, tenía una expresión débil.

"Hay tantas cosas que aún no he hecho... Tengo que visitar la nueva tienda de postres del distrito comercial, y quiero viajar al Reino Kelli, y quería tener una reunión de grupo con el poder judicial..."

"Cálmate, Sushia."

"Siempre quise casarme con un hombre guapo y vivir en una mansión con jardín y estanque, y quizá tener un par de perros".

"Sushia."

"Pero ahora, todos esos sueños seguirán sin cumplirse, ¿verdad? La vida es como una burbuja, sólo un momento fugaz puede hacernos eternos..."

Ascal golpeó la frente de Sushia con el dorso de la mano.

"¡Ay!"

"Ahora mismo estás perfectamente".

"...¿Lo estoy?"

Sushia se limpió la sangre negra que tenía alrededor de la boca. Cuando vomitó sangre, Ascal pensó que tendría que llevarla inmediatamente al médico.

Sin embargo, con el paso del tiempo, la tez de Sushia empezó a mejorar, recuperando realmente un color saludable.

"Me disculpo. No fui lo suficientemente considerado".

Entonces, Hanson, sirviendo él mismo el plato principal, limpió la sangre negra derramada del suelo con un paño húmedo.

"El especial de hoy es Yakseon*. Está especialmente preparado para ayudar a tu mente y a tu cuerpo, probablemente fatigados por ocuparse de los asuntos nacionales."

Hanson continuó.

"Parece que la señora ha tenido algunos problemas respiratorios. ¿Cómo se encuentra ahora?".

Sushia, que había estado escuchando inexpresiva, se aclaró la garganta con una tos.

"...¿Eh? Ayer canté toda la noche, así que mi garganta estaba en mal estado. Pero ahora, creo que podría cantar unas diez canciones - mi garganta está en bastante buen estado."

"Me alegra oír eso. Parece que el plato te ha sentado bien".

Hanson retiró los platos vacíos del aperitivo y sirvió el plato principal.

"Es un plato de cordero. El exterior está crujiente, mientras que el interior se ha ablandado en el horno. Está cubierto con salsa de manzana casera, para un sabor despreocupado".

Dicen que un gran plato deleita empezando por los ojos.

Varias hierbas y especias adornaban con gracia la carne de cordero.

La piel perfectamente dorada y crujiente parecía que iba a revelar un jugo húmedo y un tierno sabor a carne al primer bocado.

Habiéndose saltado el almuerzo, casi instintivamente cogió el tenedor para darle un bocado, pero Ascal recordó una vez más por qué estaban aquí.

'Tengo que comprobar si hay veneno de piedra mágica'.

Ascal evaluó a Lia con una mirada superficial. Efectivamente, al ver el plato, algo parecía raro en la mirada de Lia, tenía un brillo peculiar.

'Lia es sensible a la magia. Debe haber notado el Polvo de Piedra Mágica espolvoreado en la comida'.

En realidad, una pequeña cantidad de polvo de piedra mágica no era un problema de salud importante. Era cuando se acumulaba cuando ocurrían problemas mayores.