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—Capitán, ¿aún no se le ocurre algún tipo de plan? —la voz insistente de Yoarashi hace que resople

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—Capitán, ¿aún no se le ocurre algún tipo de plan? —la voz insistente de Yoarashi hace que resople.

—No, Inasa. Y si sigues hablando a cada rato me será imposible pensar en algún tipo de plan —responde con cansancio, ganándose un asentimiento del contrario junto con un murmuro en disculpa.

Agachó la cabeza con molestia, observando las cuerdas con las que estaban atados. Soltó un suspiro cargado de frustración que su tripulación escuchó y entendió a la perfección.

¿Cómo no habían podido ser tan rápidos como para evitar esto? Si se hubieran dado cuenta antes de que aquél barco se aproximaba a ellos seguramente podrían haber tenido tiempo para prepararse.

Pero al parecer el barco enemigo estaba más que listo para atacarlos y lograr una victoria. Y exactamente así fue. Por lo que luego de una pequeña pelea, terminaron atados al mástil de madera mientras que observaban como se robaban varias cosas de la bodega o incluso camarotes.

Un chico pelirrojo estaba parado junto a ellos, vigilando que no se escapen o intenten hacerlo. Shōto había visto a un tipo ceniza adentrarse a su camarote sin importarle mucho, seguramente tomando lo que quería de ahí.

—No puedo creer que no hayamos logrado vencerlos —la voz de Neito llegó a sus oídos, causándole pesadez al saber que iba a comenzar con su drama solo para molestarlos.

La mayoría de los presentes bufaron, mucho más Hitoshi al ser el que estaba junto al rubio.

—Monoma, por favor cállate. Posiblemente nos tiren al mar luego de esto y no quiero que lo último que escuche sea tu voz —se quejo el ojeroso, rodando los ojos.

—Uy si, como si no me quisieras.

Momo exhaló al escuchar como Itsuka comenzaba a pelear con Neito, como si fuera lo único que pudieran hacer en estos momentos. Aunque no le extrañaba. Su tripulación no era la más respetuosa y normal que digamos.

Por lo que no era sorprendente escuchar una pelea entre varios de ellos y a Hitoshi diciendo que se callen porque tiene mucho sueño como para soportarlos. Sí, lo normal.

—Capitán —la voz de Momo le llamó la atención, volteándose para ver el rostro preocupado de la chica—. ¿Estás seguro de que nada malo va a pasar? Quiero decir, confío en usted y sus planes, pero, esos tipos no se ven muy amigables y podrían hacernos algo malo.

—Está bien, no hay de que preocuparse —sonríe tranquilamente, tratando de que no sea notoria su preocupación.

Él también estaba preocupado, al no saber que planeaban hacer esos tipos contra ellos luego de que se abordan de robarles la mercancía u objetos de gran importancia para ellos.

Estaba seguro de que los lanzarían por la borda, porque ellos no serían tan estúpidos de dejarlos escapar con sus pertenencias así de fácil, por lo que lo más probable es que les hagan algo para estar seguros de que no los seguirán.

Eres mi perdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora