19;

295 43 41
                                    

—¡Fiu! Finalmente no más drama.

—Seh, ya estaba agotado de escucharlos pelear todo el día —le sigue Sero, sonriendo.

—Yo creo que no fue necesario meter esa araña en el camarote, Todoroki ahora no quiere ni encontrarse con una telaraña —comenta Kyouka, levemente arrepentida. Recuerda que cuando Shouto la estaba ayudando a buscar un tazón en la alacena se encontró con una telaraña y casi le da un infarto.

—Nadie dijo que no se traumaría.

Jirou suspira, resignada. Intentar hacer cambiar de parecer a Denki es como intentar ganarle en una discusión a Bakugou.

A una corta distancia de ellos, Shouto limpiaba el suelo con mucha concentración, distraído de todo lo demás que lo rodeaba. Por lo que no podía escucharlos y no sería un problema comentar cosas como esas. Sin embargo, aún así no pueden alzar mucho la voz o Bakugou los escucharía y definitivamente no quieren eso.

Luego de haber solucionado ese pequeño problema entre ambos, todo estaba siendo más tranquilo. Sin discusiones tontas, insultos, o personas incumpliendo sus tareas. Era todo lo contrario. Además de que les entretiene encontrar a Katsuki dando más de una mirada al bicolor durante cualquier momento del día, sin importar qué tan ocupado esté.

—He terminado —anunció Todoroki, dando una exhalación a la par que cerraba los ojos. Se unió a ellos, sentándose junto a Kaminari.

—Bueno, eso es un alivio. Así no tendremos que continuar notando que el capitán te mira el trasero cada vez que te inclinas —Mina sonríe ladina al ver el rubor en las mejillas del bicolor.

—Es un idiota.

—¿Y por qué no haces nada para detenerlo? Con un buen putazo de los tuyos el capitán dejaría de comportarse como un pervertido —menciona, apoyando la mejilla en la palma de su mano. Un gesto de diversión formándose en su rostro.

Shouto no respondió.

Y honestamente eso no le sorprendió a ninguno.

Posiblemente, en secreto, él sea igual de pervertido que Bakugou. Pero prefieren no decirlo en voz alta para evitar cualquier tipo de pelea con el bicolor en la cual saldrían perjudicados.

—Estoy agotado... —cambia de tema, apartando la mirada hacia el suelo.

—No te preocupes, tendrás mucho tiempo para descansar cuando lleguemos a Akyashia —Jirou le da una sonrisa animada, apoyando su espalda en la barandilla—. Bueno, dependiendo de lo que decidas hacer.

—¿A qué te refieres con eso último?

—Akyashia es una isla llena de piratas bravucones y depravados, así que tienes dos opciones: quedarte todo el rato junto al capitán y no hacer absolutamente nada, o divertirte bebiendo con Sero y Mina solamente para terminar tan ebrio que no sabrás tu nombre.

—Oh.

Separa los labios, comprendiendo.

—Creo que prefiero la primera opción. Estar junto a Bakugou parece ser más seguro que embriagarme —optó por la primera, haciendo un ademán con su mano.

—Una excelente excusa para quedarte con él toda la noche.

—No toda la noche —la observa, rascando su mejilla—. En algún momento me separaré de él.

—Conociéndolo, seguramente beberá lo suficiente como para perder los cinco sentidos. Y créeme, no quieres ver a un Bakugou ebrio —advierte Eijirou, entrecerrando los ojos. Se cruza de brazos sobre su pecho y parece recordar algo por la expresión de su rostro.

Eres mi perdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora