Casi al instante, entrecierra los ojos ante el calor que inunda la habitación, su pecho subiendo y bajando agitadamente. Sin más, se deja caer hacia adelante y su cabeza cae sobre el torso contrario. Shouto se queja, frunciendo el ceño.
No dicen nada durante largos minutos, simplemente disfrutando de ese momento de paz entre ambos. Katsuki abrazó cariñosamente la cintura contraria, elevando su pecho. Se le hacía extremadamente cómodo recostarse ahí. Sentía que ese era su lugar.
Shouto, dejándose abrazar, llevó lentamente sus manos hacia rebelde cabello, acariciando, comprobando la suavidad de sus rebeldes y picosos mechones. A pesar de la apariencia, su cabello era agradable. Había creído que sería más duro o algo similar, vaya sorpresa.
—Mitimiti...
—¿Si? —emite, inclinando la cabeza.
—Te preguntaré algo y quiero que respondas con la verdad —informa directamente, quitando su cabeza del pecho contrario para mirarlo fijamente a los ojos. Aquellos iris rubíes, de cierta manera, se notaban brillantes—. ¿Me amas? —consulta de una vez por todas.
Todoroki parpadea, intentando entender lo que acababa de decir. ¿Acaso no había sido suficiente con lo que ocurrió antes y lo que dijo —e hizo— estando ebrio?
Mostró una expresión de ironía, presionando los labios en una fina línea recta. A veces Katsuki lograba ser alguien estúpidamente idiota. O se hacía el idiota para molestarlo.
—No, no te amo. Simplemente creí que sería buena idea entregarte mi cuerpo porque, oh, eres tan guapo y coqueto —levanta las cejas, rodando los ojos—. ¿Acaso no tuviste suficiente con lo de antes?
—Quiero escucharlo salir de tus labios —indicó, como si fuera algo obvio.
El bicolor frunce el ceño, divirtiendo a Bakugou. Obviamente no se había esperado esa respuesta, debido a la forma en la que sus mejillas se tornaban de rojo y apartaba la mirada, avergonzado.
No obstante, los brazos de Shouto se envolvieron en su nuca con una dulzura poco creíble, ocultando el rostro en la curva de su cuello. Esperando que así Katsuki no notara la expresión de timidez en su rostro.
Entonces susurró:
—Te amo, idiota.
Y eso fue más que suficiente para que una sonrisa se formara en los labios de Katsuki. No una sonrisa arrogante, ni ladina, o divertida. No, fue una sonrisa dulce y cariñosa que se extendió por sus mejillas.
Con el corazón latiendo frenéticamente contra su pecho, abrazó a Shouto con fuerza, sorprendiéndolo.
—Gracias.
—¿Qué? ¿Por qué? —inquiere él, confuso. Un gesto de curiosidad se asoma en su rostro.
—Por amarme.
El silencio inunda la habitación trás aquella sincera respuesta, demostrando que había dejado a Todoroki sin palabras. Se había esperado un “yo también te amo” en lugar de eso. De hecho, había esperado todo menos eso.
—Y por aparecer en mi vida... —murmura sobre la piel de clavícula, cerrando los ojos, inhalando el delicioso aroma a fresas que tanto caracterizaba a Shouto—. Te prometo que te amaré más de lo que cualquiera podría. Por el resto de la eternidad.
Un fuerte sonrojo se asoma en las mejillas de Shouto, el cual se extiende despacio hacia sus orejas. Quiere golpearlo al decir tal cosa como esa, pero sus brazos permanecen enganchados en la nuca de Katsuki, suspirando profundamente.
Lo menos que desea ahora es arruinar el momento dándole un golpe con la tonta excusa de que eso le encantó.
¿Quién diría que el perverso y arrogante Katsuki Bakugou le dedicaría palabras tan lindas?
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Eres mi perdición
Short Story¿Es normal que te secuestren en tu propio barco? Shouto cree que no es coincidencia que ese chico de cabellos cenizos y ojos rubíes se haya metido junto con su tripulación en su barco, robando todo lo bueno que había en este y secuestrándolo en el t...