Una cabellera bicolor se asomaba desde la ventana de su camarote, observando el mar con tranquilidad y respirando la brisa marina con serenidad.Nunca antes había tenido tanto tiempo libre en su propio barco y no desaprovecharía aquello tan fácilmente. Así que sólo pudo ir a su habitación y relajarse un poco; olvidándose por completo de las responsabilidades que le corresponden el ser el capitán.
No era como si le importase mucho a decir verdad. Ser el capitán tampoco era tarea difícil cuando —casi— todos tus tripulantes te respetan y adoran a su manera.
Se puede ver perfectamente la tranquilidad de las olas, varios peces en inclusive delfines pasando junto al barco con libertad y en grupos. Claro, no es como si algún pez fuera a irse nadando sólo por aquél mar lleno de bestias sangrientas como los famosos tiburones. Por eso siempre andaban juntos.
Las nubes blancas sobre su cabeza le avisan que no habrá ninguna tormenta por ahora, lo cual, es una completa bendición, debido a que recientemente habían varias tormentas salvajes que más de una vez lograron colmarle la paciencia.
Dejando eso de lado, miró nuevamente el mar sin saber qué más hacer. Ya había desayunado y preparado el desayuno de los demás, había organizado su camarote correctamente, y se encargó de indicarle a Hitoshi a dónde irían, que no era nada más ni nada menos que a casa. Habían terminado uno de sus robos más importantes a la realeza y decidieron retirarse un rato para descansar. Por lo que no podía hacer mucho aparte de observar el mar sin cansancio.
Mayormente era así, quedarse mirando el mar por horas sin saber que más hacer, imaginando cosas como siempre y teniendo sus pensamientos como nunca. Sabía de más que tenía que lidiar con un par de cosas al llegar a casa, por ejemplo; hablar seriamente con su hermano mayor sobre unos inconvenientes que hubieron durante el robo en la isla de Kyoto, también debía “pasar tiempo” con su madre, y ayudar a su hermana para su ansiada boda que era aproximadamente en unas semanas.
Como decía, sí, iba a estar bastante ocupado al llegar. Así que seguro y apenas tendría tiempo de charlar con Natsuo y molestar a su padre cada que tenga la oportunidad.
—Ojalá tuviera más tiempo... —murmura suavemente, con voz baja y acompañado de un suspiro resignado.
Tenía suerte de que su tripulación lo apoyaba, mucho más Momo, quien aparte de ser una compañera era su mejor amiga desde que tiene memoria. Por lo que agradece tenerla siempre de su lado y como apoyo moral.
Un sentimiento amargo se apodera de él al recordar que cuando llegue a casa tendrá que encontrarse a Keigo, un viejo “amigo”, además de formar parte de la tripulación en la que está su hermano. Por lo tanto, será normal verlo a cada rato paseándose por su casa sin preocupaciones.
Hizo todo lo posible para olvidarlo y dejar de pensar en aquello que tanto anhelaba dejar de recordar, apretado en sus manos el borde de sus prendas.
Sin embargo, apenas puede respirar aliviado cuando otra desgracia llega a su momento de paz.
—¡Capitán! —la voz de Itsuka llega a sus oídos, volteándose para ver la cara preocupada de la chica. Alzó una ceja e hizo un asentimiento para que hablara—. Es otro barco pirata, y viene hacia acá a gran velocidad.. Y creo que es el barco de Katsuki Bakugō.
Oh, shit.
No quise hacer el prólogo tan largo, xdDesde acá se notan varias cosas que supongo y ya se están imaginando, ¿no? :v
Bueno, eso es todo por ahora😼
Espero les haya gustado y tengan linda mañana/tarde/noche :D
¡Sayonara!
──BNHAXYoshi_025.
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Eres mi perdición
Historia Corta¿Es normal que te secuestren en tu propio barco? Shouto cree que no es coincidencia que ese chico de cabellos cenizos y ojos rubíes se haya metido junto con su tripulación en su barco, robando todo lo bueno que había en este y secuestrándolo en el t...