Es 1922.
Al detective Aemond Targaryen se le ha ordenado cumplir con la captura de Jason y Tyland Lannister, el terror que ha estado operando en las sombras desde la prohibición. Debido a sus constantes fracasos, su jefe le ha impuesto un ultimátum;...
No es la primera vez que despierto junto a alguien, pero que Aemond sea ese alguien hace que se sienta como si lo fuera. Hoy es de esos días en los que soy el primero en levantarme y eso me concede la dicha de poder verlo dormir por un rato, esperando ser el protagonista de esos sueños donde tanto balbucea, mientras sus brazos me rodean y su nariz me hace cosquillas en el cuello de una forma que...
Los dedos de mis pies se retuercen.
Esta mañana estamos solos. La cola de Vhagar se cuela por la puerta entreabierta junto a una pequeña bola blanca que duerme tranquila sobre ella ¿cómo podría no sonreír ante esa imagen? Veo que el reloj marca las 8. Sé que ya se está haciendo tarde y que debería salir de la cama para atender a los animales, pero lo único que quiero es que él me siga tocando.
—¿En qué tanto piensas? —Aemond me susurra al oído, aún más dormido que despierto, quitando algunos mechones rebeldes de mi cara. Se frota la suya luego de saludarme con un beso en la sien, apartando las mantas de su lado de la cama con intención de ir a buscar un café.
—No, no te vayas.
Entiende lo que quiero con un par de besos, me deja guiar sus manos debajo de mi ropa sin parecer fastidiado ni apurarme, nunca lo hace, dice que mi ritmo es el suyo aunque arda de deseo por mí. Y me gusta que me desee, sin aquel morbo con el que otros me veían antes; durante mucho tiempo tuve el temor de que no quisiera estar conmigo de esa manera, hay veces en las que esos temores vuelven sin un motivo y sin que yo lo quiera, pero mi amor siempre se encarga de hacer que vea la realidad. Y así es como me llama mientras acaricia mi piel desnuda con sus labios, haciéndome cosquillas.
Todavía no me acostumbro a que me llamen Lucerys, aunque se me ha vuelto la palabra más bonita desde que Aemond mencionó que prefería mi nombre completo a cualquier otra cosa. No me siento nervioso cuando estoy debajo de él, cuando él entra en mí, me toca en lugares a los que nadie les prestaba atención y hace que mi cuerpo se estremezca de placer. Sé que podría parar todo ahora si se volviera demasiado, sin recibir reproches; es el alivio más grande que tengo. El éxtasis llega en medio de caricias, respiración entrecortada, besos y un abrazo que hace sentir como si fuéramos uno solo.
Nos quedamos en la cama un par de minutos, en un momento de palabras dulces que duró tanto como las mascotas lo permitieron. La rutina comenzó con dos de cada cosa: dos tazas de café, dos platos, dos cepillos de dientes, dos pares de botas y un montón de trabajo por hacer; cuando vivía solo todo se limpiaba más fácil, pero el doble esfuerzo venía con doble felicidad. Hoy iremos al río a lavar la ropa, y Aemond se queja de ser el único que lleva las cestas, aunque lo hace de todas formas.
Ya sé como terminará esto, y es lo que más espero, no falla ni una sola vez.
A Aemond aún le cuesta lavar la ropa, ninguna sorpresa dado que su mayor cercanía con el asunto era ir a la lavandería más cercana, así que soy yo quien termina haciendo casi todo. Luego jugamos con la espuma y el jabón que sobra mientras tomamos un baño con la única compañía de las aves y los peces que nadan entre mis piernas. Mi tío se tropieza con una roca y la risa es difícil de esconder.
—Deja de reirte, mocoso malcriado —finge estar molesto para tomarme por los hombros, esperando que le de un beso de disculpa. Y eso hago.
Ahí es cuando volvemos a casa, terminamos las labores y nos podemos dar el lujo de tomar asiento alrededor de la chimenea, después de que el sol se oculte tras las montañas y las estrellas me traigan paz. Recuesto mi cabeza en su hombro, con una taza de chocolate caliente en las manos; él me abraza y eso es todo lo que necesito, no solo si tengo los pies helados: cuando los recuerdos vuelven en forma de pesadillas, cuando olvido que ya no soy un prisionero cubierto en oro, cuando temo que esto sea solo una ilusión y cuando el miedo se apodera de mí si despierto sin él a mi lado.
Sé que esos temores nunca se irán del todo, que tampoco podré recuperar todas las piezas de mi infancia que he perdido con el tiempo, y por fin lo he aceptado sin pelear. He perdido demasiado en esta vida, pero basta con ver mi pasado para darme cuenta de lo afortunado que soy hoy, teniendo lo que siempre quise, incluso antes de saber cuánto lo quería.
Me cuesta mantener los ojos abiertos, lo próximo que siento es un beso en la frente y unos brazos que me cargan hasta la cama. Me recuesta como una flor traída por el viento cae sobre el césped, no como una naranja que tiran desde el árbol ni a un florero de cristal que temen romper.
—Te amo, Lucerys —susurra en medio de mis sueños.
—Te amo, Aemond —respondo sin dudar, nunca tuve dudas.
Esa es la unión que tengo con el niño que una vez fui: el amor. Él amaba a su tío Aemond, amaba a su madre; yo los amo a ambos, no siempre de la misma manera ni con los mismos recuerdos, pero sí con la misma intensidad.
Mi vida ahora es mía para vivirla. Otto Hightower se pudre en los infiernos, y yo...yo gané la guerra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
No suelo leer en primera persona ni había escrito algo en este ''estilo" antes, pero sentí que era lo indicado para el epílogo. No toqué la perspectiva de Luke en el fic tanto como hubiera querido y sentí que se merecía algo especial para el final, aunque fuera cortito. Además la idea de tener un epílogo que se llamara 'abstemio' cuando el resto de capítulos se llamaban como una bebida se me hizo demasiado buena para desperdiciarla xd
Y bueno, solo quería dar las gracias como mi acto final. Saber qué les gustó este pedazo de culebrón es más que suficiente para subirme el ánimo. Los votos, comentarios y cualquier interacción –por pequeña que sea– son y han sido muy valiosos para mi, de verdad, aunque tenga complejo de ligue ghosteador yo leo todo jsjsjs 🥺