Capítulo 20.

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En el trabajo, Cellbit ya no estaba rindiendo lo suficiente, teniendo un bajo rendimiento de manera drástica en tan solo una semana. Desde capturar mal los datos, tirar el café por todo su escritorio, olvidar preparar la sala de juntas, e inclusive olvidando sus propias pertenencias al salir, sus amigos sabían que algo no estaba yendo bien para él.

Por ello, esa misma mañana cuando Charlie y Mike miraron al ascensor en cuanto las puertas se abrieron y Cellbit traía un sobre entre sus manos, se dispusieron a cuestionarle que era lo que ocurría.

Cellbit caminó hasta su cubículo, dejando sus cosas sobre el escritorio mientras no apartaba la mirada del sobre. Charlie se cruzó de brazos mientras Mike lo observaba desde el otro extremo de su área de trabajo.

—Buenos días, Cellbit. ¿Cómo estás hoy?—Inquirió Mike, buscando captar su atención al solo pasar entre ellos a su cubículo.

El castaño no contestó, tomando asiento.

—Hey, Cell.—Charlie agitó su mano delante de su rostro, pero no logró el resultado que esperaba.

Aquella mañana no estaba yendo del todo bien para Cellbit, desde que no sonó la alarma y tuvo que alistarse de manera rápida para el trabajo, alistar las cosas de Lía y salir del departamento de manera apresurada, sin encontrar un lugar cerca en el estacionamiento de la empresa y teniendo que aparcar demasiado lejos para su gusto, llegando tarde para dejar a Lía en la guardería y checando su hora de entrada por un par de minutos de atraso, sabía que eso traería consecuencias al momento de su paga. Era mínimo, pero no podía permitirse desperdiciar su dinero y hacer que le descontaran, no cuando todo su dinero se estaba dirigiendo hacía un abogado.

Porque sí, Lana había mandado una notificación de juicio a los tres días desde que apareció, sin darle mayor oportunidad de hacerse a la idea a lo que se enfrentaba. Necesitaba conseguir un buen abogado que pudiera defender su caso y que además estuviera entre sus límites económicos, pero eso estaba siendo casi imposible. No había horas extraordinarias en la empresa, no podía conseguir un segundo empleo por el horario que tenía y no pensaba recurrir ni a sus padres ni a nadie por ayuda monetaria, ese era su problema y él mismo lo resolvería.

Estaba tan sumido aún leyendo la notificación que el abogado de Lana le había hecho llegar, que se sobresaltó cuando sintió unas manos plantarse sobre sus hombros.

—¡Hombre, qué te pasa!—Charlie gritó cerca de su oreja, provocando que soltara la notificación.

—Perdón, buenos días.—Contestó una vez que estuvo consciente de las miradas de sus compañeros de trabajo.

—¿Qué es lo que ocurre? Estos días estás demasiado alejado, inclusive distraído, Osvaldo ya lo notó con lo de la junta pasada y estamos preocupados que te esté ocurriendo algo en particular.—Mencionó Mike con una expresión seria.

El castaño se mordió el labio antes de alzar el papel en sus manos.—Lana, la madre de Lía, apareció hace un par de días en mi departamento. Ahora tengo el tiempo encima para mandar mi petición para la demanda y elaborar las razones por las cuales quiero quedarme con la custodia definitiva de Lía.

Los dos hombres se miraron entre ellos, totalmente consternados con lo dicho. Ahora cobraba sentido la preocupación del castaño, alentandolos mientras lo observaban con preocupación.

—¿Por qué te lo habías guardado? Podemos ayudarte, ¿Qué es lo que necesitas? Si hablas con Osvaldo, él podría ayudarte de alguna manera mientras te centras en ello, no debe de ser fácil llevar a cabo este tipo de demanda.—Charlie sugirió, tomando una postura pensante.

—Tiene razón, no tienes porqué pensar en esto solo, solo dinos de qué manera podemos ayudarte y lo haremos sin dudarlo. No estoy seguro de cómo se lleva este tipo de demanda, ¿Estás consiguiendo asesoría con alguna firma? ¿Cuánto tiempo tienes para emitir tu petición?

Save my life | GuapoduoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora