Capítulo 12.

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Cellbit había llegado solo unos minutos más tarde de lo habitual a su trabajo, después de haber pasado un buen fin de semana largo en compañía de Roier y de Lía, se sentía bien descansado a pesar de que no se despertó con la alarma y tuvo una mañana apurada. Llegó a la hora exacta a su cubículo mientras sus compañeros de trabajo lo miraban de manera intrigante, ¿Desde cuándo Cellbit Lange llegaba tarde al trabajo? Eso parecía imposible.

Mike y Charlie compartieron una mirada antes de cruzarse de brazos, colocando sus mejores sonrisas en sus rostros mientras seguían con la mirada al menor, tomando lugar enmedio de ellos.

—Buenos días.—Saludó de manera vibrante, casi haciéndoles cerrar los ojos con su sonrisa y aura brillante, irradiaba felicidad.

—Buenos días.—Saludaron al unísono, girando sus sillas para enfrentarse.

—¿Qué tal tu cita con Roier? ¿Estuvo bien ese restaurante?—Cuestionó Charlie de primera, recargando su barbilla sobre su mano.

—Oh, ahora que recuerdo.—Sacó de su maletín dos pequeñas bolsas de regalo, colocando una en cada escritorio de sus amigos.—Esto es en agradecimiento por alentarme a la cita, la verdad nos la pasamos muy bien...

—¿Y...?—Inquirió Mike, sabiendo que habría algo más por decir.

—Me invitó a una segunda cita.—Soltó, dejando anonadados a los dos.—Pero es una exhibición, no sabría si es correcto llegar a Lía. Roier me aseguró que los niños están permitidos a asistir, pero esos lugares suele haber demasiada gente y que posiblemente se molesten si Lía comienza a llorar o a inquietarse, aunque en la cita no hubo ningún problema, se portó demasiado bien pero tengo miedo de exponerla. La exhibición es tarde, tampoco quisiera exponerla tan tarde en la calle, pero quiero a ir a esa cita con Roier, el problema es que mi hermana vive demasiado lejos y justo este fin de semana tiene planes con su familia que saldrán de la ciudad así que no puedo pedir que cuide de ella mientras.

—Si hay problema con ello, yo podría cuidar a Lía. Es una bebé encantadora, quedé fascinado con la pequeña el día que visitamos tu departamento, es muy linda.—Halagó Mike con una sonrisa, haciendo sentir cálido a Cellbit ante los halagos hacía su hija.

Se sentía un padre orgulloso.

—Realmente no quisiera molestar más, me tienen que soportar en el trabajo ya lo suficiente como para pedirles algo como ello.—Sonrió apenado, negando.

—Está bien, yo puedo también cuidarla. Podemos cuidar de Lía entre los dos, tú puedes ir a tu cita con Roier sin problema alguno.—Sugirió Charlie, alentándolo.

—Pero, ¿No parece irresponsable de mi parte pensar en salir, dejando a Lía a cargo de alguien? No quiero dar esa imagen, yo amo y doy mi vida entera por mi bebé, no quiero que piensen lo contrario.—Murmuró, sintiéndose repentinamente acomplejado con el asunto.

—No, nada de eso, Cellbit. Tienes derecho a vivir tu vida, en este último tiempo solo has pensado en Lía y hemos visto como te esfuerzas para darle lo mejor, nos contaste toda tu historia y solo podemos decir que, a pesar de todo lo que te pasó, nunca encontraste una excusa para dejarlo todo, en cambio, te aferraste a la idea de tener a Lía contigo y en lugar de pensar en dejarla a manos de otras personas, solo quisiste hacerte responsable de ella y salir adelante por y para ella. Ahora que apareció Roier en tu vida, es consciente que Lía es parte de ti, que haya visto eso del museo es increíble, pero si no te sientes cómodo en esos lugares con Lía siempre puede haber más soluciones, solo te estamos ofreciendo una y está en ti saber que decidir.—Charlie habló, palmeando su hombro con una sonrisa sincera, tratando de calmarlo.

—Charlie tiene razón, tienes el derecho de poder vivir tu vida, aún eres muy joven y tuviste que enfrentar varios obstáculos, dejaste a un lado tu vida para poder sobresalir. Querer disfrutar no es malo, menos si se trata de estar con esa persona que te hace feliz.—Movió sus cejas en la última parte, haciéndolo ruborizar.

Save my life | GuapoduoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora