Días después...
—¡Cellbit, la puerta!—Gritó Roier desde la cocina, terminando de sacar el pastel del horno.
—¡Voy!—Gritó de vuelta, dejando a Lía en la sala, cuidando que no hubiera ningún peligro a su alrededor, mientras corría a la puerta.
El castaño abrió la puerta, sorprendiéndose de ver a Mike y a Tarik llegar juntos a su departamento. Observó el reloj que colgaba a un lado de la puerta y frunció el ceño, extrañado.
—¿Qué hacen aquí tan temprano?—La verdadera pregunta era ¿Qué hacían llegando juntos? Pero prefirió abstenerse a preguntar.
—Buenas tardes para ti también, Cell. ¡Oh! Que amable de tu parte atendernos, que caballeroso como siempre.—Tarik respondió por todos, entrando al departamento.
—Perdón. Es que los cité aún dentro de unas dos horas, ¿Por qué llegaron tan temprano?
—Tarik insistió que viniéramos más temprano porque quería ver a Lía, es la clase de tío consentidor que lo mimará demasiado, lo sé.—Mike habló, quitándose su abrigo.—Pero es un gusto verte, Cellbit.
—Pensé que vendrías con Charlie.—Confesó, agarrando los abrigos mientras cerraba la puerta.
—Él vendrá más tarde, al parecer se quedó en la oficina para horas extras.
—¿Horas extras en un sábado? Nuestro jefe es una persona que detesta trabajar los fines de semana.
—¿No me digas que no te estás dando cuenta?—Se cruzó de brazos, incrédulo.
Iba a cuestionar sobre a qué se refería cuando Tarik se dirigió a la sala y Roier, salió de la cocina con los guantes puestos.
—¡Hola! Están llegando demasiado temprano.—Saludó con una sonrisa, acercándose.
—Es culpa de Tarik.—Señaló al hombre que se encontraba en la sala, cargando a Lía a gran altura que el castaño tuvo que recurrir en el lugar por miedo a que pudiera soltarla de improvisto o alguna clase de accidente pudiera suceder.
—¿Me ayudarías a terminar de preparar el pastel? Estoy esperando a que se enfríe, recién salió del horno.—Explicó mientras los dos se dirigian de vuelta a la cocina, conversando entre ellos.
Aquel día, Lía estaba cumpliendo sus primeros seis meses de vida, por lo que Roier decidió que no podían pasar por alto dicha celebración y entre él y Cellbit decidieron hacer una pequeña fiesta. Además, no habían tenido la oportunidad de hacer una celebración como tal ante la victoria de la custodia, por lo que harían dos celebraciones en una misma.
El siguiente rato pasó rápido, por lo que cuando menos imaginaban el departamento se encontraba lleno y todos se encontraban en la mesa comiendo el platillo especial que Roier se había esmerado por cocinar. Porque mientras el pelinegro se había dedicado a preparar la comida y el pastel, el castaño había tomado la responsabilidad de decorar todo el lugar con globos y letreros que hacían parte de la celebración.
—Esto sabe espectacular.—Halagó Charlie, masticando uno de los bocados de la carne.
—Roier es el mejor cocinando desde que tomó clases.—Noah mencionó, haciendo reír a todos.
—¡Eso no es verdad!—Se quejó el pelinegro, indignado.
—Oh, claro que lo es, tomamos clases juntos.—Alex se metió a la conversación, volviendo con una ronda de carcajadas.
—Ya, sigan comiendo todos.—Aldo regañó, estando de acuerdo con él.
No había sido una sorpresa para todos la forma en que Cellbit se acopló a sus demás vecinos, después de meses desde que se mudó al departamento, por fin había tenido la oportunidad de conocer a todos y llevándose de una manera relajada. El castaño había decidido invitarlos con la intención de poder integrarse todos, por lo que no perdió la oportunidad de hacerles llegar la invitación por medio de Roier y ahora se encontraban todos reunidos, disfrutando de la celebración.
Lía reposaba sobre el regazo de Cellbit mientras Roier se aseguraba que los dos comieran, la escena no era muy diferente de aquella celebración pasada donde la bebé estaba cumpliendo dos meses. Para Bagi, Charlie y Mike la escena era demasiado familiar, sonriéndose al saber cuánto habían cambiado las cosas en el último tiempo.
—Creo que debería de ir por el pastel.—Roier mencionó, levantándose de su asiento.
—Déjame acompañarte...—Cellbit hizo el intento de seguirlo, pero el pelinegro lo detuvo.
—Está bien, Mike me acompañará.—Con un asentimiento, los dos se dirigieron a la cocina, dejando al castaño en el comedor.
A los pocos minutos volvieron a la cocina con el pastel y los desechables entre sus brazos, siendo recibidos por una canción de cumpleaños mientras todos cantaban al unísono. Cellbit se había levantado de su silla para dejar a Lía a la altura del pastel, embarrando su manita y haciendo reír a todos.
El resto de la noche fue un borrón, despidiendo a cada uno de sus invitados conforme las horas pasaban hasta quedarse completamente solos. Habían dejado en su habitación a Lía cuando comenzó a inquietarse por el sueño, arrullándola entre los dos hasta que se aseguraron que estaba descansando de manera cómoda. Limpiaron el lugar hasta que terminaron en la sala, sentados uno al lado del otro mientras una suave melodía los acompañaba en su silencio, sin que sea incómodo ni tenso, simplemente reposaban en compañía del otro.
—Hoy salió demasiado bien.—Confesó el pelinegro, cerrando los ojos mientras recargaba su mejilla sobre el hombro del contrario.
—Fue gracias a ti, tu comida fue la mejor parte de todo.
Sonrió, negando.—Lía fue la anfitriona perfecta, todo es gracias a ella.
Cuando el reproductor dejó de tocar la música y el silencio volvió a coronar, Cellbit sintió que era el momento de hacer la pregunta que lo había estado atormentando desde hace un par de días. Roier sintió el cambio del ambiente, por lo que se separó para poder verlo.
—¿Sucede algo?
—Nada, solo últimamente estuve pensando un par de cosas.—Confesó, entrelazando sus manos.
—¿Ah, si? ¿Qué estuviste pensando?
—Últimamente pasamos más tiempo en el departamento del otro, para ser más preciso, en el mío. Pensaba que, si estás de acuerdo, podríamos considerar el vivir juntos, debido a que pasamos más tiempo juntos y realmente hacemos cosas domésticas, considerando que parecemos más que vivimos juntos, igual pasamos noches durmiendo con el otro y desayunamos juntos, entre otras cosas que...—Fue interrumpido cuando sintió al pelinegro sentarse sobre su regazo y asintiendo, envolviendo sus brazos alrededor de su cuello.
—Pensé que no lo pedirías.
—¿Por qué no?
Se encogió de hombros.—Han pasado tantas cosas, que lo último que podría imaginar es que viviéramos en el departamento del otro, pensé que querías esperar más tiempo.
—La verdad es, que no puedo dormir si no estás a mi lado, así que ¿Por qué no hacerlo de una manera extra oficial para ya no usar de excusas quedarnos tan tarde como para pasar la noche juntos? Ni siquiera es que vivamos en un piso diferente, pero realmente decirnos que es muy tarde para ir a nuestros departamentos teniéndolo a un lado del otro ya es ridículo.—Confesó, sacando una carcajada de ambas partes.
—Es cierto, debemos de dejar a un lado esas excusas.—Estuvo de acuerdo antes de inclinarse lo suficiente como para que sus respiraciones se juntaran y sus narices se rozaran.—Entonces, ¿Estamos viviendo oficialmente juntos?
—Si eso no te molesta y aceptas mi propuesta, vivamos juntos a partir de ahora.
—Como, ¿Ahora mismo?
Asintió, recitando unas últimas palabras antes de juntar sus labios en un armonioso beso lleno de anhelo.—Justo ahora, vivamos juntos.
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meus pais
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Save my life | Guapoduo
FanfictionDonde Cellbit es abandonado por la mujer con la cual pensaba formar su vida entera en ella, dejándolo a cargo de una bebé recién nacida ; o en dónde Roier, su vecino del departamento 511, lo ayuda a cuidar a su pequeña bebé después de que la primera...