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Ilusión.

Me ilusionas tú, mi amor.




Conducía hacía su residencia, la sonrisa sobre su rostro no se borraba.

Lo había logrado, JiMin había aceptado, pero antes de entregarle aquel puesto, llevaría un largo proceso.

Después de dejar su auto mal estacionado, por la emoción que sentía, caminó eufórico hacía la cocina y abrió la primera botella de vino que encontró.

Celebró su logro, volteó hacía su amplia sala, sobre la chimenea estaba el gran retrato de su madre, una mujer esbelta, que miraba tímidamente al frente, con una ligera sonrisa y con esos ojos...

Esos ojos que JiMin también poseía.

YoonGi creyó que jamás volvería a encontrase con esos ojos tristes y tímidos, como los de un cachorrito, unos ojos expresivos pero llenos de ternura.

Min Bo Ah era la madre perfecta, llena de amor, una mujer que le había transmitido a su único hijo ese amor, una omega que había demostrado lo fuerte que era, al lado de su padre habían formado su patrimonio, presidenta de un gran emporio, una omega que había dado todo por la caridad, que el mundo fuera un lugar mejor para su pequeño hijo, pero todo proyecto quedo inconcluso por un accidente, YoonGi nunca supo como sucedieron las cosas, y a la fecha no quería saber, tenía la esperanza de que su madre volviera y le demostrara al mundo que estaban equivocados, que ella retomaría sus planes y que era capaz de lograr todos su proyectos, lograr su sueño de demostrar que los omegas podían hacer cualquier cosa si se lo proponían.

Agh, el corage le había nacido, dejó bruscamente la botella de vino sobre la mesa, caminando hacia el cuadro de su madre.

—Cumpliré todos tus sueños y completare los proyectos que dejaste inconclusos, mamá.

No descansaría hasta lograrlo, así si su madre volvía, ella se daría cuenta de que lo había logrado.



      




—Acepté el puesto.—dijo JiMin, parado frente a NamJoon, esperando su reacción.

—JiMin, te dije que te alejaras, no que hicieras esta estupidez.

—Está decisión la tome yo papá, y no cambiaré de idea.

—¿así será? ¿Harás lo que tú quieras?—NamJoon había comenzado a molestarse, el que JiMin hubiese tomado aquella decisión, no era algo que le alegraba.

—Lo siento, papá, pero esto es importante para mi, tú me educaste para esto, hay personas que me necesitan.

—Somos nosotros o es tu trabajo.

JiMin cerró los ojos. Tendría que preparar sus maletas.

—Mañana iré a buscar un departamento.

NamJoon no dijo nada más ante el comentario inesperado, solo caminó hasta su oficina, decepcionado.

Apenas llegó y se sentó frente al escritorio, su esposo entró furioso.

—NamJoon, si JiMin se va, yo me voy con él.

SeokJin había escuchado la discusión y había visto a JiMin acomodar sus maletas.

—Solo está haciendo una rabieta, relájate.

—Yo te lo dije, te lo dije muchas veces y has colmado mi paciencia.

Dijo, saliendo de la oficina y dirigiéndose hacia su habitación, a no, no se quedaría ahí, su pequeño hijo omega lo necesitaba, no podía dejarlo así, era su culpa por no haberlo defendido de NamJoon.

SOLO TÚ《KOOKMIN》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora