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—Quisiera abrir el matrimonio
La propuesta de Tom fue como si la hubieran abofeteado repetidas veces
—Tener otras parejas – explicó al no tener una respuesta inmediata de su esposa
—¿No soy suficiente para ti?
El tener que hacerle esa pregunta le dolía el corazón
—No es eso cariño, pero nos hemos vuelto muy aburridos ¿No crees?
Lisa pensó que su esposo estaba siendo condescendiente, quizá ella siempre fue la aburrida por eso quiere conocer más mujeres para sentir la emoción que no consigue con ella
—Pero podemos solucionarlo – no quería aceptar
La idea de compartir a su esposo no le agradaba en lo absoluto, pero ¿Era tan poca cosa como para que Tom la compartiera como cuan juguete usado puesto en un bazar? Todo este tema le estaba provocando inseguridades
—Hacer cosas nosotros solos
—¿Qué te parece si vamos a cenar mañana y me das una respuesta? – Tom tenía que ceder a algo que ella quería para conseguir su fin
Al final el matrimonio es como un negocio ¿No?
—Está bien – susurro con una pizca de tristeza
Thomas se levantó para irse a la cama no sin antes darle un beso en la frente a su hermosa esposa pero, ella solo se quedó ahí pensativa, su té se había enfriado que ya no le apetecía, arregló la cocina antes de acostarse a lado de su esposo intentando iniciar un encuentro sexual con él, quizá si le daba más sexo declinaría de su proposición
—No Lisa, estoy cansado – Tom se dio la vuelta dándole la espalda
Espero a que se durmiera para empezar a sollozar, la hizo sentir insegura
¿Ya no era atractiva? ¿No es buena en el sexo?
Varios cuestionamientos parecidos la abordaban mientras mojaba su almohada con sus lágrimas silenciosas
La rutina seguía siendo la misma, Tom desayuno esta vez en casa pero se fue de prisa al ver su reloj, puso su auto en marcha para llegar a la oficina, antes de bajar visualizo la bolsa de papel que le había dado ayer su esposa, no había bajado su almuerzo, lo tomó, si lo dejaba ahí se apestaría, al primer bote de basura que encontró en su camino lo tiro sin importarle nada en lo absoluto, visualizo a lo lejos a Julia quien le dio una sonrisa coqueta y regreso el gesto
Sentir esa adrenalina del coqueteo le excitaba, esperaba que Lisa aceptara y si no lo hacía lo iba a sentir por ella
—¡¿Qué te dijo qué?! –espeto molesta Rachel
Le había contado lo que pasó con Tom anoche, la rubia puso sus dedos en su tabique como si contuviera un fuerte dolor de cabeza y después suspiro
—Ya no insistiré en el divorcio porque no ves estas claras señales de que tú y Tom no son tan compatibles como crees
