Bienvenido a casa

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Los días transcurrieron entre risas e historias de la infancia. No hay palabras adecuadas para expresar lo extraordinarios que fueron esos días. Sentir el calor de los abrazos de Luci, escuchar sus sabios consejos y apreciar la forma tan amorosa en la que compartía sus recuerdos fue simplemente maravilloso. Aunque no todo fue felicidad Nicolás y yo tuvimos la conversación que puso aparentemente sin a lo nuestro.

El ultimo día que estuvimos con ellos cenamos juntos no dejamos de sonreír, conversamos hasta tarde, cuando todos se habían ido a sus habitaciones Tere y yo terminábamos de limpiar, recordaba justo como cuando éramos niños los dos siempre teníamos que dejar todo limpio y ordenado al terminar. Ella coloco una de las toallas de la cocina en una esquina de la mesa como símbolo que todo estaba perfectamente aseado, reímos orgullosos de como dejamos todo.

—Qué falta me van a hacer.

—Y tú a mí, Jona. Sé que ya hablaste con Kenhan y no tengo mucho que decirte, pero simplemente quiero decirte que la estoy pasando muy bien.

—Y eso es lo que me importa, saber que estás bien.

—Yo quiero que tú también lo estés, Jona, yo amo a Claris, ella se convirtió en una hermana para mi y una tía para mi hijo. Pero ya no la quiero contigo. Y se que no me tengo que meter con tus decisiones porque eres mi hermano mayor pero solo quería que lo supieras.

La atraje hacia mí y la envolví con un abrazo, definitivamente no iba yo hablar con ella sobre esto.

—¿Tere te veré en la cena que Claris está preparando para Jeycob? Pregunte para cambiar el tema

—Claro que si allá estaré.

Aún no estaba seguro de ir a la cena; no tenía claro si quería o no volver a esa casa y relacionar a Claris con Nicolás. Por otra parte, estaba Jey, y estaba seguro de que él desearía que estuviera allá. 

—Jona, una última cosa, busca a Maggie. No me gusta verte así, te he visto varias veces marcándole.

—Tere, ella no quiere hablar conmigo.

—Yo apuesto a que sí. Solo debes bajar los ánimos, ¿me explico?

—Lo intentaré.

.............

Regresamos de visitar a Tere y Lucy, y en solo 15 días sería la bienvenida de Jeycob, mientras que en un mes se llevaría a cabo el gran evento del libro de Clarris. Además, Nicolás tenía el evento con los abogados al que Maggie lo propuso. Durante la primera semana, me puse al día con Claris y su libro, ya que quedaban muy pocos días para el gran día. Por otra parte, seguiría el consejo de Tere y trataría de arreglar todo con Maggie.

Con Nicolás, una vez que llegamos, se dedicó a trabajar incansablemente. Su habilidad para desenvolverse en nuevas tareas era increíble, ganándose rápidamente el respeto y admiración de todos en ambos bufetes, así como de los clientes. A pesar de su éxito profesional, yo conocía su rostro, que reflejaba una profunda tristeza. Muchas veces, estando solos en casa, simplemente me pedía un abrazo, y al dárselo, sentía cómo se acurrucaba en mis brazos. Luego, segundos después, intentaba fingir que todo estaba bien.

Cada día lo veía menos, incluso a Maggie. En las últimas semanas, ella había viajado mucho, y mi comunicación era únicamente con Isaac y Mónica. Ni siquiera nos cruzábamos en los pasillos converse con Isaac y me comento que Maggie estaría en la oficina temprano al día siguiente por solo una hora, decidí tomar el valor de ir a buscarla. ¿Qué más malo podía pasar?

...............

Estaba de pie junto a Isaac frente a su oficina, a punto de anunciarme, cuando ella misma abrió la puerta. Al verme frente a ella, miró el reloj de su mano y antes de que pudiera decirme algo, hablé primero.

Claris Olsen y los Fantasmas del PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora