ɪɪ : ᴍᴀᴇsᴛʀᴏ

552 62 42
                                    

Reo había llegado a su casa, un poco más tarde de lo común, ya que su auto había tenido una falla en el camino.

—¿Todo está bien, Joven?

—Mi auto, parece que tiene una falla ¿Puedes revisarlo mientras subo a mi habitación a cambiarme de ropa?

—Por supuesto.

Reo fue a su habitación y se cambió de ropa para después tomar las cosas que necesitaría para la asesoría.

Cuando estuvo listo bajo de su habitación y cuando estaba apuntó de salir su padre lo llamó.

—¿A donde vas, Reo?

—Me reuniré con un compañero, me ayudará con los temas que no entiendo de Cálculo.

—No regreses tarde, recuerda que esta noche tenemos la cena con la familia Nakayama.

—No lo haré, padre.

El joven salió de la casa y se dirigió a su auto.

—¿Esta listo?

—Lamento informarle que no, su auto tuvo una falla en el motor y tardara unos días en repararse.

—Bueno, iré en otro auto.

—Lo siento, Joven, pero no hay ningún auto disponible, su madre fue al club y se fue en uno de los autos, su padre ira al trabajo en otro de los autos y el otro auto esta en el autolavado —le dice.

—Debería comprar otro auto para este tipo de situaciones —suspira—. Esta bien, lleva mi auto arreglar, iré en un taxi, solamente porque ya voy tarde.

El peli morado tomó un taxi para ir al lugar acordado, lugar en donde Nagi ya lo esperaba.

—Lamento la tardanza, tuve un inconveniente con mi auto —dice.

—Esta bien, no hay problema ¿Empezamos ya?

Nagi estuvo explicando a Reo algunas cosas básicas sobre los temas que no entendía.

—¿Te quedo claro? —pregunta y lo mira distraído—. Si no prestas atención no te quedará claro.

—Si te estoy prestando atención.

—Bien, entonces resuelve este ejercicio, si me estas poniendo atención podrás resolverlo fácilmente.

El peli morado miro el cuaderno con confusión y después fue regañado por Nagi.

—Reo, tienes que esforzarte más, si quieres aprender y aprobar el examen tienes que esforzarte y prestar atención.

—Estoy cansado, ya no quiero seguir viendo cosas de cálculo y esos números —se levantó de su lugar.

—¿A donde vas?

—Por hoy es suficiente de asesorías, Maestro, continuemos mañana.

—Esta bien, te acompaño a tu casa.

—No necesito que me acompañes, yo puedo irme solo.

Después de que terminó de hablar tomó sus cosas y comenzó a caminar.

Ya era algo tarde y estaba un poco oscuro, Reo jamás había tenido que caminar hasta su casa, siempre iba en su auto o en el auto de su padre, pero jamás iba caminando.

La verdad es que Reo estaba algo desconcentrado, pero tenía que seguir hasta llegar a su casa.

Siguió su camino, sabía que estaba cerca por lo que decidió caminar por un pequeño callejón que daba directo a su casa.

𝐍𝐨 𝐓𝐨𝐝𝐨 𝐄𝐬 𝐄𝐥 𝐃𝐢𝐧𝐞𝐫𝐨 ||𝐍𝐚𝐠𝐢𝐫𝐞𝐨||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora