ᴠɪɪɪ : ᴠɪsɪᴛᴀ

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Reo había despertado un poco más tarde, ya que su auto estaba arreglado ya no tendría que ir caminando a la Universidad.

Había bajado para ir a tomar su desayuno cuando miro a Oyuki en la parte baja de su casa.

—¿Oyuki, Qué haces Aquí?

—Te dije que pasaría mucho tiempo en tu casa ya que nuestros padres últimamente están juntos haciendo negocios.

—Ya veo, bueno voy almorzar ¿Quieres venir?

—Seguro, así aprovechamos y me cuentas como te fue ayer con Nagi.

Los chicos fueron al lujoso comedor que había en la mansión y tomaron asiento para que les sirvieran el desayuno.

—Dime, Reo ¿Cómo te fue ayer?

—Supongo que bien —dice y toma un poco de su café.

—¿Por qué supones?

—Ayer hable con Nagi y me dijo que le gustan los chicos.

—Eso es genial, ahora si tienes oportunidad con el.

—Que me haya dicho que le atraen los chicos no significa que yo le vaya a gustar, incluso puede que ya haya un chico que le guste.

—Todo mal, Reo, no logras conquistar a Nagi porque no eres seguro de ti —toma de su té—, Te daré un consejo, una vez más y espero que lo tomes.

Los chicos siguieron almorzando mientras que la castaña le daba consejos de amor al peli morado.

Reo había terminado y salió de la mansión para subir a su auto e irse a la Universidad.

Todo el camino iba pensando en lo que Oyuki le había dicho, pensó que tal vez tenía razón y tenía que hacer lo que ella le dijo.

Si lo hacía ¿Qué podía salir mal? sin duda eso era algo que no sabía.

El peli morado bajo de su auto y fue directamente a su salón, al llegar se encontró con el Peli blanco jugando con su teléfono como era costumbre en el.

—Buenos días, Nagi —le dice.

—Buenos días, Reo —le respondió y dejó su celular de lado.

Reo notaba que Nagi siempre estaba atento a su teléfono mientras jugaba, incluso si estaba hablando con alguien no despegaba la mirada de la pantalla del celular, pero con el era distinto, apenas y le hablaba dejaba su teléfono de lado para prestarle atención, ese pequeño detalle hacia saltar su corazón.

—¿Llegaste bien a tu casa anoche? —pregunta.

—Si, gracias.

Reo dejó sus cosas en su asiento y se acercó a Nagi.

—Oye Nagi —dice en voz baja.

—¿Qué sucede, Reo?

—Esta tarde mis padres tendrán que viajar por unos días por un negocio del trabajo, estare solo en casa, ¿Te parece bien si hacemos la asesoría de hoy en mi casa?

—¿Me estas invitando a ir a tu mansión?

—Si ¿Quieres?

—Esta bien, acepto.

—Muy bien, entonces después de clases vayamos a mi casa.

La campana sonó y las clases comenzaron.

En el edificio 4 se encontraba el peli rojo mientras leía los comentarios que había en la publicación de la página del blog Escolar, esa publicación y esa fotografía que hablaba de el y Kaiser.

𝐍𝐨 𝐓𝐨𝐝𝐨 𝐄𝐬 𝐄𝐥 𝐃𝐢𝐧𝐞𝐫𝐨 ||𝐍𝐚𝐠𝐢𝐫𝐞𝐨||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora