xxɪ : ɴᴏ ᴇs ᴛᴜ ᴄᴜʟᴘᴀ

283 26 34
                                    

El Albino corría con desesperación tratando de encontrar a Reo, no tenía mucho que había salido así que no estaría muy lejos.

Nagi siguió buscando hasta que en un parque miro al peli morado sentado en solitario.

—Reo —se acerca a él—. Que bueno que estas bien, me preocupaba que algo te hubiera pasado, no eres bueno para andar en la calle tú solo.

—Ni siquiera para eso soy bueno —dice y se cubre el rostro.

—Reo —se sienta al lado de él—. Vamos a casa.

—¿Por qué quisieras llevarme contigo?, ¿acaso no me odias? —pregunta con lágrimas en los ojos.

—¿Por qué lo haría?

—Porque mi padre es el causante de la muerte de tus padres, él te destruyó la vida y te quito a tu familia.

—Exactamente, tú mismo lo dijiste, tu padre, no tú. Me has demostrado que no eres igual a él, tú eres diferente, nada de lo que tu padre haya hecho es tu culpa.

Nagi se levantó y le dio la mano a Reo.

—Anda, Reo, vamos a casa, allá podremos hablar.

Reo accedió, se levantó y ambos chicos caminaron de regreso al Departamento de Nagi.

Cuando llegaron, Reo se sentó sobre el sofá y Nagi fue a la cocina para preparar un poco de café para ambos.

—Toma esto, Reo, te hará bien beber algo caliente.

Reo no dijo nada, simplemente tomó la raza y bebió su contenido.

—Escucha, Reo, hay muchas cosas de las que tenemos que hablar —dice Nagi.

—Si —dice.

—Pasaron muchas cosas las cuales no permitieron que habláramos en el momento, desde aquella noche cuando estuve en tu casa, cuando te salve en aquel bar, cuando me escuchaste hablando con tu padre, lo sucedido recientemente con lo del accidente —da un suspiro—, hay mucho de que hablar.

—¿Hablaremos de todo está noche? —pregunta.

—Si, te prometo que lo hablaremos todo, no me saltare ni un detalle.

—Puedes comenzar con explicarme lo que pasó esa noche cuando me salvaste en el bar, no recuerdo nada de lo que pasó, se que tome demasiado y perdí la noción de lo que pasaba conmigo, pero nada más.

—Bueno —deja la taza que llevaba en las manos sobre una pequeña mesa—. Esa noche, cuando te salve, me quedé contigo, mi idea era esperar a que despertaras y estuvieras consiente para poder salir de ahí. Pero las cosas no ocurrieron de esa manera.

—¿Qué fue lo que pasó? Yo me hice una idea, pero no quiero seguir creyendo eso, quiero que me digas la verdad.

Nagi se quedó unos segundos en silencio y después desvío la mirada.

—Esa noche tuvimos sexo, lo lamento, no debí haberme aprovechado de ti en ese estado, pero no pude contenerme.

—¿Qué? —hace caer a Nagi sobre el sofá y se pone sobre él—. ¿Por qué? ¿Por qué lo hiciste? Una noche antes, en mi habitación me dijiste que nunca lo harías conmigo, una noche antes me rechazaste y cuando yo estaba inconsciente te aprovechaste de mi ¿Por qué mierda lo hiciste? —dijo un poco molesto.

—No es lo que piensas Reo, dejame explicar, esa noche no me dejaste explicarte lo que pasó, ahora dejame hacerlo.

Reo se levantó y volvió a sentarse al lado de Nagi.

𝐍𝐨 𝐓𝐨𝐝𝐨 𝐄𝐬 𝐄𝐥 𝐃𝐢𝐧𝐞𝐫𝐨 ||𝐍𝐚𝐠𝐢𝐫𝐞𝐨||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora