Me desperté ese día agitada, medio sudando, intentando reconocer donde estaba tras haber tenido ese sueño. Me ardía la cara, y es que aún sentía esas manos por mi cuerpo. Muy real.
Eso me pasaba por haber recordado el beso de Poché antes de quedarme dormida y, mi mente terminó de a completar lo que realmente pasó, porque ese día Poché consiguió que mis piernas fueran de gelatina.
Estaba en la puerta de la casa de Vale, habíamos quedado a esa hora para salir en bicicleta. Poché apareció en el marco de la puerta, mirándome con esos ojos aceituna que derretían a cualquiera.
- Vale ha salido con mi madre hace un segundo a comprar no sé qué. – me contestó, yo me quedé mirándola, así que decidió volver a hablar. – Si quieres pasar y esperar en su habitación... no creo que tarden mucho. Yo estaré en la mía por si me necesitas.
Se echó hacia un lado dejándome pasar, y su olor me golpeo, me quedé mirándola porque ya llevaba varios días sin poder dejar de pensar en lo mismo. Todo el día en mi cabeza desde hace un año cuando la vi en una situación comprometida.
¿Me gustan las chicas?
A Poché le gustan las chicas, ¿y si le pregunto? No, nunca hemos mantenido una conversación, ¿Cómo iba a venir a pedirle consejo? O mejor, ¿cómo iba a venir a acorralarla contra la pared y besarla?
Porque esa había sido mi fantasía, tomarla del brazo parando su avance hacia su habitación, darle la vuelta y estrellar mi boca contra la suya. Un beso muy torpe pero firme. Tuve que mover incluso mis labios hacia un lado para tapar los suyos porque ni siquiera había atinado en el movimiento. Sus ojos estaban de par en par cuando me separé de ella, mirándome sorprendida.
- Oh, lo siento, Poché. No sé en qué estaba pensando.
En nada, en eso estaba pensando, pasó demasiado rápido. Subí las escaleras hacia la habitación de Vale y cerré la puerta tras de mí, estaba agitada. ¿Por qué había besado a Poché? Encima, había sido un beso muy tonto. ¿Qué iba a pensar de mí? ¿Y por qué sus labios son tan suaves? Yo podría haberme esmerado un poco más en el beso, y haberla dejado con un buen sabor de...
Me giré hacia la puerta cuando la escuché abrirse, Poché me miraba fijamente mordiéndose el labio mientras la cerraba con el peso de su cuerpo, echándose hacia sobre ella. Me miró de arriba abajo y murmuró algo antes de acercarse a mí y agarrar mi cara con sus manos.
Cuando sus labios se pegaron a los míos casi me desmayo, porque mi beso no había sido nada comparado con este, ella sí atinó a encontrar mis labios, me derretía por dentro con lo que me estaba haciendo sentir en el momento en el que sus labios se separaban para agarrar mi labio inferior. Yo entreabrí mi boca automáticamente nada más sentir su lengua húmeda que seguía acariciando mis labios.
Lo hizo muy rápido, no podría describir el movimiento, pero estaba sentada en el sofá de la habitación de su hermana, devorando mi boca como jamás nadie lo había hecho, y yo estaba sobre ella con mis piernas a cada lado de las suyas. Sus manos en mi cintura manteniéndome muy cerca, con mi entrepierna contra su abdomen, era algo que no había planeado sentir en ese día, mucho menos esos labios que parecían saber perfectamente como besarme, cada movimiento que hacía lograba que un suspiro saliera de mí boca, parecía que sabía cuáles eran los puntos necesarios para volverme loca. Porque iba a hacerlo si continuaba así en cuestión de segundos.
Agarré su pelo por debajo de su coleta mal hecha mientras me besaba el cuello. No pude evitar el gemido que salió de mi garganta cuando me lo mordió, hincando sus colmillos en él y pasando de nuevo su lengua.
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La Hermana de mi Mejor Amiga
FanfictionEn lo más profundo de mi corazón sabía que Vale no reaccionaría mal a mí confesión de "también me gustan las mujeres", pero lo más seguro es que me preguntara ¿Y cómo te diste cuenta? Y yo tendría que contestarle "Porqué tu hermana besa de miedo". E...