Promesas

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Sam acababa de llegar, nos sentamos en el sofá una al lado de la otra. Poché estaba en su piso, habíamos vuelto de la casa rural y en el camino me mandó un mensaje para ver si podíamos hablar. Poché, ahora era mi novia, lo tomó bien y dijo que habláramos tranquilas y si las cosas se tornaban difíciles sólo tenía que llamarla.

Una parte de mí se sentía mal de verla así de apagada, pero, por otro lado, sentía alivio, porque realmente era con Poché con quien quería estar.

- Siento haberte echado de mi casa ese día... - empezó agarrando sus manos.

- No pasa nada, lo entendí. – intenté buscar su mirada.

- Poché es genial... no me extraña que haya pasado esto... - suspiró mirando el suelo. - ¿Están juntas ahora?

- Sí... - dije con miedo.

- Me alegro por ustedes... - hablaba lento y calmada. - ¿Sabes porque nos pelamos? ¿Te lo ha contado?

- Sí, me lo contó. – volvió a mirarme, esta vez preocupada.

- No quiero que te haga daño, Calle... Me da miedo que lo haya hecho como venganza... aunque ella no es así. Solo quería decírtelo.

- Todo está hablado, tranquila. – nos quedamos mirando y entonces me abrazó.

- Eres lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo, espero que podamos seguir siendo amigas.

- Eso está hecho... - la estreché en mis brazos notando como se apoyaba en mi hombro.


° ° °


- Bueno... cuéntame. – empezó Vale cuando llegó a casa. - ¿Qué tal el cumpleaños de mi hermana?

- Bien, fuimos a una casa rural, muy lejos de aquí. Estuvimos tranquilas, todo muy romántico...

- ¿Y...?

- ¿No decías que esas cosas no querías saberlas? – ella asintió varias veces. – No sé qué contarte... - me reí. – Tiene un piercing que me vuelve loca.

- ¿El de la oreja? ¿Te hace cosquillas mientras...?

- Tiene dos más aparte del de la oreja. – miré hacia abajo entre mis piernas, sonriendo de lado a lado. Se llevó las manos a la boca tapándosela.

- ¿Tiene un piercing en el... en el...? – se levantó del sofá haciéndome reír. - ¿Y el otro?

- En el pezón. – puso cara de dolor mientras volvía a sentarse. - ¿Y si se le atora en algún lado y se le arranca?

- Tranquila, ya lo he puesto a prueba... - me tapo la boca, aunque igualmente acabé la frase... - con mis dientes. – sonreí. – Sé cómo hacer que tenga un orgasmo muy rápido ese piercing. – me empecé a reír a carcajadas cuando tiro encima de mi tapándome la boca.

- Mi hermana me preguntó por ti cuando te llevé la primera vez a casa. – me dijo cuando se calmó.

- ¿Te acuerdas una vez que te dije que había venido del centro en bici, que acababa de llegar y por eso estaba tan roja?

- Sí. – exclamó.

- Ese día, fue la primera vez que nos dimos un beso.

- ¿En serio? ¿Y cómo reaccionaste a que te besara? ¿Te gustó?

- De hecho, Vale, yo fui quien la besó.

- ¿Tú? ¿Fue tu primer beso?

- Mi primer beso con una chica, sí

- Madre mía. – parecía que iba a llorar. – Desde ese día estaban destinadas... ¿te das cuenta? ¡Te vas a casar con ella! No puedo esperar a ese día, ¡oh Dios! Va a ser precioso...

Sentí que mis mejillas ardían con la sola mención de una boda entre Poché y yo... sonreí sin poder evitarlo. Nunca había pensado en una persona en concreto para eso, pero con Poché quedaría muy bien ese evento...

Llamaron a la puerta y salté para abrir. Me derretí cuando vi a la peliazul en ella sonriéndome. Una boda... volví a sonreír mirándola.

- Hola... - inclinó su cabeza y se acercó para besarme.

- Hola... - contesté igual.

- Las dos tienen una cara de tontas que no pueden con ella... - escuché a Vale detrás de mí.

- ¿Te importa si estoy un rato a solas con mi señora? – me agarró por la cintura intentando llevarme a la habitación. – Te he echado de menos... - suspiré.

- Yo también te he echado de menos... - susurré contra sus labios antes de besarla.

- Te he traído una tontería. – se separó de mí para buscar algo en su bolsillo. Entonces sacó un anillo. – No es de compromiso ni matrimonio, es algo para representar nuestra relación...

Era un anillo hermoso, tenía corazones arriba y abajo, todo alrededor. Me lo puse en mi mano derecha y volví a besarla, esta vez mucho más profundo. Nos besamos en los labios, en el cuello. Estábamos sobre la cama, su cuerpo sobre el mío mientras nos mirábamos.

Mientras cenábamos, no podía dejar de mirar su sonrisa. Yo le sonreí antes de levantarme e irnos cuando dimos por finalizada la cena. Cuando llegamos a su casa me dio una copa de vino y ella se puso a mí lado, mientras encendía un cigarrillo.

Cuando dio una calada, la agarré de la camiseta para pegarla a mí y la besé profundamente expulsando el humo por su boca suavemente, lo recogí con la mía acariciando sus labios en el proceso.

Volvió a dar una calada y ahora me lo pasó ella mientras yo me echaba hacia atrás y quedaba tumbada en el sofá con Poché sobre mí besándome. Se apoyaba en su codo, con su mano agarró mi pierna para pegarme a ella. Mordí su labio inferior haciendo que gruñera e introduciendo su lengua en mi boca.

- ¿Te ha preguntado Vale algo sobre nuestra relación? - me preguntó divertida mientras descansábamos desnudas entre las sábanas de su cama.

- No mucho. Ahora sólo habla de una futura boda... - su sonrisa desapareció y me miró seria.

- ¿Se va a casar? – preguntó poniéndose de lado para mirarme.

- No. – sonreí y acaricié su mejilla mirándola a los ojos. – Ya sabes cómo es, está ilusionada con que nos vamos a casar nosotras.

- Mmm... Daniela Garzón... que bien suena... - se acercó para besarme divertida. – Además, un anillo de compromiso quedaría perfecto con este. – dijo mientras acariciaba el que me había regalado. – serían como la parejita.

- Quedarían perfectos... ¿Crees en el destino? – pregunté ahora seria. – Vale piensa que estábamos destinadas a estar juntas...

- Siento que nosotras de una u otra manera, hagamos lo que hagamos, vamos a acabar juntas, pase lo que pase.

- ¿Entonces tú también lo sientes? – acaricié su cuello.

- Claro que lo siento. – hizo una pausa. – Te amo. – soltó sin más mirándome.

- Yo también te amo. – y la besé, porque ahora Poché estaba algo más roja.




La Hermana de mi Mejor AmigaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora