Fantasía

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Ella me siguió con la mirada sin saber que iba a hacer, fui hacia mi móvil y puse música lenta y sensual. Cuando me giré vi a Poché con una sonrisa y sentada en el sofá con las piernas hacia abajo. Me permití darme el lujo de admirarla por unos segundos.

Empecé a moverme, intentado ser lo más sensual posible. Movía mis caderas de espaldas a ella cuando me quité la camiseta y se la lancé, giré sobre mi hombro para mirarla, suspiré al ver cómo me recorría con los ojos. Me acerqué a ella dejando que recorriera mi espalda y acabara en los movimientos de mi cadera. Me acerqué acariciando sus muslos mientras me acercaba a su boca, noté como se acercaba para besarme, sin conseguirlo. Desabroché su pantalón antes de quitárselo arrodillándome entre sus piernas y lamiendo el interior de su muslo, gemía y se resbalaba hacia abajo den el sofá, separando aún más sus piernas para que llegara mi lengua sin problemas hasta su ingle.

Me volví a levantar, y continué bailando, quitándome mis pantalones son suaves movimientos de cadera, aproveché su postura para girarme de espaldas hacia ella, apreté mi trasero contra su intimidad al ritmo de la canción, moviendo mis caderas contra ella y notando sus manos en mí cintura, pegándome más, escuchando un suave jadeo de sus labios.

Volvía a girar antes de subirme a horcajadas sobre ella que me miraba con los labios separados. Agarré sus manos y las puse en mí trasero mientras movía mis caderas.

- Calle... - se volvió a acercar, pero yo me estiré para que no llegara a mí boca

Empecé a refregarme contra su muslo. Ella me miraba lamiéndose los labios. - ¿Lo quieres? – pregunté haciéndola mirarme. - ¿Quieres comerme? – estaba necesitada, ella asintió varias veces dando por finalizado el baile.

Me puse de pie en el sofá, con mis piernas a ambos lados de su cuerpo, ella me miraba con deseo, esa mirada que me hacía temblar. Subió sus manos para bajar mis bragas y se enderezó para enterrar su cara entre mis muslos, agarrando mi trasero para que me acercara más a ella. Solté un largo gemido cuando su lengua empezó a moverse rápidamente contra mí clítoris, agarré su cabeza con una mano y la otra la apoyé en el respaldo del sofá para no perder el equilibrio mientras movía mis caderas suavemente contra su boca.

Cuando me penetró con sus dedos, me dejé caer por su cuerpo, quedándome sentada sobre sus piernas, echada ligeramente atrás mientras ella me embestía cada vez más rápido, rodeándome la cintura con su brazo para que no cayera al suelo. Agarré su nuca y la besé profundamente notando mi sabor en su boca.

Con Poché hablaba más de lo que nos gustaba o no en la cama. Si había algo que quería hacer, lo haríamos, porque nunca me había hecho daño ni obligado a nada. Ese día iba a dejar que hiciera aquello que no me pidió directamente. "Todavía no he encontrado a la chica con la cual tener sexo anal, siempre he querido hacerlo". Sabía que Poché iba a hacer que me gustara y que si en algún momento le pedía que parara iba a parar por mí.

- Quiero que me lo hagas por atrás... - solté en un susurro contra su oído mientras notaba sus dedos entrando una y otra vez dentro de mí.

- Date vuelta... - hizo que me girara apoyándome contra el sofá y mientras lamía mi espalda volvió a penetrarme con sus dedos. No tardé en correrme mientras ella continuaba moviendo sus dedos y besando toda mi espalda.

- Sexo... anal... - solté entre jadeos.

- ¿Qué? – la escuché decir, me giré para mirarla, sentándome en el sofá.

- Quiero cumplir tu fantasía... - me tomé una pausa para gemir mientras me tocaba a mí misma, Poché miró mis dedos sobre mí clítoris. – Quiero que me lo hagas, como quieras... - solté un gemido. – Puedes hacerme todo lo que quieras...

La Hermana de mi Mejor AmigaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora