El juego de la botella.

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—Bueno, Malfoy, la botella te apunta a ti, ¿verdad o reto?

—¿Tengo que hacer esto?

—Sí —le dijo Blaise—. Contéstale a Ginny o te pondré un reto ridículo.

Draco rodó los ojos. Estaba jugando un estúpido juego con los estúpidos Gryffindor y la lunática. Todos habían tomado veritaserum antes de empezar, para hacer las cosas más interesantes.

—Verdad —respondió Draco.

—Menciona a las dos chicas más bonitas que están aquí en este momento.

El rubio luchó contra su respuesta, aunque sabía que tendría que decir la verdad. Optó solo por compartir su respuesta secamente, aunque le costó horrores poder decir a la segunda chica.

—Lovegood y… Granger.

El silencio se apoderó de todos los participantes, Pansy estaba obviamente ofendida, pero no dijo nada. Draco ignoró su cara, que se sentía caliente y giró la botella, según las reglas del juego, su turno había terminado y alguien más debía someterse a esa tortura. La botella apuntó a Luna y así fue como ella terminó besando a Pansy.
Siguieron jugando un rato más en el que se enteraron de que el mayor miedo de Pansy eran las arañas, y luego presenciaron como Harry besaba a Ginny y luego como Blaise se ponía celoso y retaba a la pelirroja a besarlo. Ron tuvo que compartir un abrazo con Draco, que debía durar diez segundos y luego Luna les contó su mayor secreto, que era algo relacionado con los Nargles. Y justo cuando la Ravenclaw giró la botella otra vez, fue el turno de Hermione.

—¿Verdad o reto? —le preguntó Luna.

—Verdad.

—¿Quién de los que estamos aquí besa mejor?

Hermione abrió mucho los ojos y negó.

—¿Puedo cambiar y elegir reto?

—No, así son las reglas —dijo Ginny—. Responde Hermione.

Ella se trató de acomodar su cabello rebelde y miró al piso mientras contestaba.

—La persona que mejor besa… es… Ha… Harry.

Nunca había besado a Harry. Por eso hasta él se sorprendió con la respuesta. ¿Por qué Hermione pudo mentir tan fácilmente? No lo sabía, solo sabía que todos se le acababan de quedar viendo con gestos de sorpresa. Había unos ojos que la veían con un mayor interés, y su dueño frunció mucho el ceño mientras se le acercaba y le hablaba.

—¿Potter, en serio?

—Pues eso es lo que respondí, ¿no? Vamos, sigamos jugando.

Hermione tomó la botella para girarla, pero Draco se lo impidió, pues ya estaba a su lado, tomándola del brazo.

—Eso no puede ser cierto.

—Pues es así, ahora déjame…

—¿Qué tiene él de especial? ¿Por qué preferirías sus besos a los míos?

Lo había dicho. Draco había dicho delante de todos que se habían besado. Y tenía razón, a Hermione sí le encantaban sus besos. Tanto, que ya había perdido la cuenta de cuantos se habían dado.

—Es suficiente, Malfoy.

La conversación se estaba convirtiendo en una discusión, los dos habían levantado la voz y se les había olvidado que estaban rodeados de más personas que presenciaban el espectáculo, algunas con la boca abierta.

—Me dijiste que no habías besado a nadie más antes. ¿En que más me has mentido? No me digas que eres de esas que…

Hermione le dio un golpe con la palma abierta directo en su mejilla izquierda. No puso tanta fuerza como le hubiera gustado, porque en el fondo no le quería hacer daño.

—¡Dije que era suficiente! ¡Tú eres el que acabas de decir que Luna es bonita! ¿Acaso te estoy reclamando por eso?

—Eso no tiene nada que ver.

—Entonces esto tampoco tiene nada que ver, y si yo llego a preferir los besos de Harry o de quien sea sobre los tuyos, lo voy a hacer. ¿Sabes por qué? ¡Porque me merezco a alguien que no quiera esconderse, no a un cobarde como tú! ¡Porque soy mejor que lo poco que tú quieres darme! ¡Y tú tan solo eres un idiota, un egoísta y un imbécil!

Ella se giró y salió de la sala de menesteres mientras ahora sí, todos quedaban con la boca abierta.

—Es tan terca, tan malditamente impulsiva siempre y tan… —empezó a susurrar Draco.

—¿Tan perfecta para ti? —lo interrumpió Blaise.

—Así que tú y nuestra Hermione se han besado antes —dijo Ginny, con sarcasmo—. ¿Quién lo hubiera pensado?

—¿Por qué lo estabas escondiendo? —le preguntó Luna.

—No lo quería esconder, es solo que nunca antes había sentido algo así por nadie y… ¡Y qué les importa a ustedes! Me largo de aquí.

Draco se dirigió a la salida justo cómo Hermione lo había hecho hacia un minuto.

—Irás detrás de ella, ¿verdad? —preguntó Blaise con una sonrisa de oreja a oreja.
El rubio se quedó inmóvil un segundo, antes de resoplar y retomar su caminata a la salida definitivamente.

—¿A dónde más iría? —susurró antes de irse—. Si no voy tras ella, jamás me lo perdonará, la conozco.

—¡Y deja de portarte cómo un idiota!

Y así salió del aula mientras Ginny, Blaise y Luna, chocaron las palmas. Su plan había funcionado, y solo tuvieron que darle simple agua en vez de Veritaserum a Hermione, para que pudiera mentir.

Dramione One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora