Al día siguiente, me levanto pronto para ayudar a mi madre con la pastelería. Doy un beso en la mejilla a mi hermana, quien sigue durmiendo plácidamente, y me visto antes de ir a la cocina a coger todos los dulces para dejarlos expuestos en la tienda. Abro la puerta de entrada y bajo las escaleras, coloco los pasteles en el escaparate y hago té al lado del mostrador, donde hay más dulces puestos en orden.
–Qué temprano has bajado –dice mi madre con cara de sueño.
Se acerca y comprueba que esté haciendo bien el té y, seguidamente, asiente con la cabeza. Yo sonrío para mis adentros porque sé que ese gesto es una buena señal. Ella abre la puerta de la pastelería y pone el pequeño cartel que avisa que la tienda ya está abierta.
–Tengo que ir a comprar fruta al mercado –me avisa cogiendo un cesto de una pequeña estantería–, no tardaré. Si necesitas ayuda con algo despierta a tu hermana.
–Descuida, aquí estaré.
Ella asiente con la cabeza antes de abandonar el establecimiento. Termino de hacer el té y bebo un poco mientras engullo una de las galletas que cocinamos ayer. Repentinamente, la puerta se abre y aparece mi mejor amiga con su cabello castaño en un moño elegante y las mejillas sonrosadas porque sé que ha corrido hasta aquí.
–Buenos días, Alyssa.
–¡Buenos días, Lily!
Me abraza por la cintura porque es un poco bajita y yo la estrujo entre mis brazos, elevándola del suelo para hacerla reír.
–Bájame que quiero tocar el suelo con los pies.
Las dos nos reímos y la suelto. Le ofrezco una galleta, la cual coge emocionada dándome las gracias.
–¿No has desayunado? –pregunto.
–Sí, pero nunca rechazo comida gratis.
–Ésa es mi Aly.
Ella se ríe traviesa antes de decirme:
–Tienes un rizo que se te ha soltado del peinado.
–Es el rizo rebelde de todas las mañanas.
–Puedes cortarlo para que no te moleste.
–¡Eso nunca! Mi pelo rizado es demasiado importante, no puedo discriminar a ningún rizo.
Las dos nos reímos y me acuerdo de que le tengo que preguntar algo:
–¿Quieres venir a un baile conmigo?
–Por supuesto –se le iluminan los ojos–. Eso no tienes que preguntarlo.
–Archie nos ha extendido la invitación, es en casa de sus vecinos.
–Perfecto, allí estaré.
–Me tendré que comprar un vestido, los pocos que tengo son viejos.
–Te acompañaré, yo también necesito renovar mi armario.
Los padres de Alyssa, los señores Murphy, son bastante adinerados porque se juntan con nobles de la ciudad. Los invitan a grandes eventos sociales y mi amiga siempre me pide que la acompañe porque sabe que me encanta asistir, aunque no venga de una familia acaudalada.
–Pues si quieres vamos esta tarde –propongo contenta.
–Me parece un buen plan, podríamos aprovechar para pasear por el puerto.
La miro con una sonrisa burlona y ella me empuja por el hombro.
–¡Auch! Pero si no he dicho nada –me quejo.
–Lo has insinuado.
–¿El qué? –pregunto haciéndome la inocente.
Ella se pone colorada a la vez que se tapa las mejillas.
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ESENCIA DE LIRIOS
Roman d'amourLily Barnes acaba de rechazar su tercera propuesta de matrimonio, pues no cree que pueda encontrar a un hombre digno de merecerla en la Inglaterra de 1825. Su madre, cansada de la actitud de su hija, decide recurrir a una familia en particular para...